Por Óscar Tamez Rodríguez:
Arrancó en el poder legislativo la discusión sobre la reforma educativa. Históricamente se recuerda la de 1972 cuando el presidente Luis Echeverría cambió el modelo educativo, dio prioridad al cómo de la educación por sobre el qué, desaparecen los llamados libros de la Patria. En 1992, 20 años después el presidente Carlos Salinas concreta la otra gran reforma, se habla del qué, cómo, cuándo, dónde, a quién de la educación, fue una reforma que cambia la visión educativa, reforma los roles de los miembros de la comunidad educativa. El alumno debe abandonar su papel pasivo para ser constructor del conocimiento. De entonces a la fecha vivimos una renovación, que no fue reforma, en donde académicamente pasamos al modelo de la educación por competencias, sigue siendo el alumno el epicentro de la educación; se habla del saber, del saber ser, saber hacer y saber estar; algo similar a lo que era el desarrollo afectivo, cognoscitivo y psicomotriz del educando. De la reforma en proceso sabemos que sus principales objetivos son de tipo administrativo, laboral, político, estadístico, incluso coyuntural. Esperemos que de las transformaciones de esta reforma surja un nuevo enfoque o modelo educativo, de vanguardia. Vaya, de nuevo a 20 años de la última gran reforma educativa se inicia el proceso reformador. Por lo pronto el debate será el centro de la política nacional de las próximas semanas.
