Por: Omar Elí Robles
Somos el esbozo de nuestros anhelos de grandeza… pero la realidad en nuestras debilidades.
Así lo decía Óscar Wilde.
Otro pensador, el más grande que el mundo ha conocido, decía… “El espíritu a la verdad es fuerte, mas la carne, enferma”… sí, fue Jesús de Nazareth.
En pocas palabras, por intenciones de bien nunca hemos sufrido escasez… pero nuestra debilidad suele doblegar esas buenas intenciones.
La debilidad, basada en una necesidad primaria.
Nos lleva a hacer el mal que no queremos.
En política y en la vida diaria, eso ocurre todos los días y en los momentos críticos.
El que juega con las debilidades del adversario… con sus necesidades primarias, suele enseñorearse.
Hoy, cuando la diablísima trinidad, ese ente corrupto que domina al PAN de Nuevo León está más débil que nunca, es cuando ataca las debilidades más humanas de sus adversarios,
Ofrecen y otorgan trabajos que antes no ofrecían, en los espacios más reducidos cada vez que les quedan.
Lo más lamentable es que esos adversarios de buenas intenciones, justifican en la necesidad de tener un trabajo para mantener a su familia, una debilidad que los lleva a inclinar la cabeza.
Aceptan… se coluden…
Pero les puedo adelantar: En cuanto los diablísimos se fortalezcan de nuevo, volverán a tratarlos como antes.
Con una ventaja: Ellos ya conocen su precio.
