Por: Omar Elí Robles
Si el 2015 está a la vuelta de la esquina, entonces los caballos que para allá apuntan deberían comenzar a estirar sus patitas.
Digo, no a estirar la pata… a estirar las patitas, a calentar.
Porque a los caballos les dan cólicos mortales… les dan espasmos que los mandan al otro mundo en el momento menos oportuno.
Ganar la carrera implica tener la mejor preparación.
En el PAN veo a Fernando Elizondo comiendo proteína para verse más fuerte… más decidido… más intenso y con la intención de acaparar las apuestas de aquellos que no creyeron en él.
Mauricio fue sacado del establo para que se oxigene y aprenda a controlar sus belfos… claro, con una potranca a su lado, el cuaco aprenderá a retozar de nuevo.
Margarita corre grácil por la pradera… ondea su crin al viento… pero tiene problemas con las cercas… ¿Va a brincarla también ella?… ¿Dejará el verde pasto de Monterrey, con el riesgo de sufrir una persecución y tunda?
Ese es el detalle…
Para ella el futuro es hoy, siempre hoy… la única oportunidad de que logre que los ciudadanos no solamente le permitan, sino que la impulsen a buscar la gubernatura, es lograr una super administración, sin tanta obra fastuosa, pero mucho trabajo social, permanente y presente.
Madedito es un pony gracioso, que hace felices a muchos, pero todavía no se le ven patas de campeón… porque no se atreve a realizar los ajustes necesarios para verse pura sangre.
Si nos vamos al PRI, entendemos que antes de la carrera muchos estiran las piernas… pero dicen que no es tiempo.
¿Cuántos pueden ser?
Ibarra… Domene… Treviño Villarreal… Gutiérrez…
A excepción de este último, nadie se mueve con tanta libertad… todo mundo es un caballo con rienda local.
Son caballos que pueden salir buenos, pero no sabremos qué tanto, hasta que no corran.
Y como está prohibido correr, allí estarán… espantándose las moscas a coletazos.
