No hace mucho, varios municipios metropolitanos iniciaron una campaña contra vecinos ruidosos. El municipio de Guadalupe fue el primero, y luego se sumaron otros, panistas y priístas. Este es un ejemplo de que una acción oficial, cuando en buena, tiene eco en otras administraciones. Después de todo, el objetivo primario de un gobierno es garantizar la tranquilidad y el orden en la comunidad. Esto borra cualquier color partidista. Esto dignifica el oficio social, no político, de los gobernantes.
Algo similar pasó a nivel nacional con la iniciativa probada del gobernador Rodrigo Medina de la Cruz sobre los jóvenes desempleados y sin acceso a estudios. Los famosos “ninis” fueron en su momento prioridad estatal, y se crearon programas para darles acceso tanto al trabajo como al estudio. Una medida excelente si consideramos que además de promover el desarrollo económico y social del Estado, también es una acción preventiva contra la inseguridad. Por eso la iniciativa de Medina fue bien recibida en la Conferencia Nacional de Gobernadores, y eventualmente aplicada en otros estados.
Las acciones oficiales, sean desde el gobierno federal, el estado o los municipios, se suponen nacidas de todo un análisis anterior incluso a las campañas electorales, y luego ajustadas de acuerdo al mosaico de interacciones que hay con otras administraciones de los tres niveles. Al tomar posesión un gobernante, tiene ya el panorama completo de sus posibilidades y sus alcances. Empieza así el verdadero trabajo, aquel por el que reciben un salario de sus patrones, es decir, el pueblo.
Se da por sentado que las acciones no pueden ser improvisadas. No son ocurrencias que saltan al paso del gobernante y sus asesores. Cada proyecto, cada programa, cada plan, cada acción, deben ser repensadas varias veces y preparadas durante mucho tiempo. Hasta las acciones contingentes frente a los desastres naturales deben estar perfectamente bien planeadas antes de que suceden y aunque no sucedan.
La falta de planeación, o las deficiencias en ella, tal vez no sean tan notorias a simple vista, aunque están bastante visibles por todas partes, en todos los municipios, en el Estado, y en el propio Gobierno Federal. En el ámbito nacional, el ejemplo más cercano es el Pacto Por México, donde se firma un compromiso de caballeros que casi de inmediato se rompe con el escándalo del intento de usar recursos de Sedesol en las próximas elecciones en Veracruz. En lo estatal, está el multicitado caso del Fondo Metropolitano, que acaparó los recursos para obras planeadas por el Estado. Como no hay reglas, el Estado queda como repartidor de recursos a su criterio… y dicen que “el que parte y reparte, se queda con la mejor parte”… aunque aquí de plano se quedó con todo. Y no hablemos de las obras en sí, porque por lo menos en las de la Línea 3 del Metro, amenazan con estrangular la vialidad en zonas que apenas tenía unos meses liberada por obras terminadas de la anterior administración municipal de Monterrey.
Y en el caso de los municipios, Guadalupe demuestra que la no siempre las acciones están bien pensadas. Aquella campaña que inició la administración de César Garza para callar a los vecinos ruidosos fue una excelente medida. Tanto que fue copiada, aunque no muy bien aplicada todavía, por otros municipios. Sobre todo porque sólo de actúa ante quejas de vecinos, cuando debería ser una acción básica de las propias autoridades municipales.
Sólo que ahora la cuestión es, ¿qué hacer cuando el propio municipio permite algo que trata de evitar? Es el caso claro el de la recién inaugurada Expo Ganadera de Guadalupe. Empezó contradiciendo a las autoridades. Ya se han excedido en el horario permitido para finalizar los espectáculos. Ya hay vecinos que se manifestaron contra el congestionamiento vial, los malos olores y por supuesto, del ruido excesivo. Si las autoridades de Guadalupe sólo responden a denuncias de vecinos, pues ya tienen algunas. Los “vecinos ruidosos” ni siquiera son permanentes, están ahí porque el Ayuntamiento de Guadalupe lo promovió y lo permitió. La pregunta es, ¿quién multará al Cabildo?
ENFOQUE MONTERREY en Radio Beat, 90.1 FM
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