Los diputados federales no le encuentran la cuadratura al círculo para resolver el déficit financiero del IMSS.
Mientras comía mi dieta de chayote con calabacita y tomate al vapor, aconpañada de media pera en almíbar y una rebanada de pan blanco de caja pensé en los déficits colaterales.
Así, debería clausurse el lujoso restaurante gourment La Mansión de San Lázaro, donde un corte de carne cuesta 650 pesos.
Obvio, pagado por nosotros vía servibonos para mantener a nuestra clase dorada política.
Lo ideal sería servirles la dieta de hospital los tres últimos meses del año para sensibilizarlos tanbién en los restaurantes Los Cristales y La Terraza.
A familiares y amigos hay que acostarlos en la banqueta y que paguenlo que consumen, litros de agua incluída.
Secretarias, asistentes, guaruras y choferes tendrán esos meses libres.
Así, sensibilizados como Juan Pueblo y con la amenaza de repetirles el castigo, le seguro encontraran soluciones financieras.
Porque es injusto el nivel de vida de los legisladores federales de hoy en día y las dietas de hambre de enfermos en los hospitales públicos.