La llegada de César Cavazos Caballero a la dirigencia del PRI estatal es el principio del andamiaje que los priistas empezarán a edificar bajo el coucheo del experimentado arquitecto político, Abel Guerra Garza.
Cuestión de recordar que Jaime Rodríguez Calderón, primer gobernador independiente. Nuevo León estuvo un tiempo bajo la guía y protección del arquitecto, dos veces a punto de ser el candidato priista.
Así, Cavazos, del ramo de la construcción, es un cuadro político que el arquitecto ha ido proyectando y aunque su salida como alcalde de Escobedo no fue del todo prístina, logró que Clara Luz, la esposa de Abel, repitiera como alcaldesa.
La versión apunta a que Abel viene echado para adelante para rescatar al PRI y por eso pidió candidato de unidad, el rostro más duro del priismo para enfrentar a quien les renunció y los sacó a patadas del Palacio de Gobierno.
Abel Conoce de sobra al enemigo y la ruta que ha seguido El Bronco en sus primeros días de gobierno son campo fértil para reconquistar electores que fueron seducidos en las pasadas elecciones.
Los de hoy son días de calma, pero si El Bronco es un político que no perdona y menos olvida, es cuestión de recordar que los priístas, tampoco.
Porque al final, son frutos del mismo árbol, aunque en otro tiempo y diferentes circunstancias.
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