Hoy en día, a nivel nacional se cuenta con 388 centros penitenciarios, con una población global de un cuarto de millón de reos, dentro de una confusión de sobrenombres y expedientes incalculable, y uno de los principales focos de corrupción alarmante es el PENAL DEL TOPO CHICO, nombrado en el bajo mundo como EL BASTION DEL NORTE, por su capacidad de organización criminal y su régimen de auto gobierno instituido de años atrás.
Dentro de los muros liderados totalmente por los propios presos, los cuales son los administradores únicos, con sus diferentes jerarquías de poder para infundir TERROR, y así controlar todo el mecanismo criminal a su antojo, aun fuera de muros, mediante sus auxiliares llamados SOLDADOS, los cuales se encargan de reafirmar y ejecutar las ordenes que de ahí emanan.
Como lo es la EXTORSION, vía telefónica para así redituarse ganancias por miles de pesos de la ciudadanía, sembrando pánico y desconcierto en la sociedad, pudiendo ser esto impedido por medio de bloqueadores de señal satelital y control en la accesibilidad de aparatos de comunicación, dentro de las instalaciones.
Protegidos por la gran sobrepoblación existente y de ciertos funcionarios corruptos, que ayudan al inmenso rezago judicial, a la imposición de penas excesivas, y de imposibilidad de beneficios en medidas cautelares, provocan la ingobernabilidad y el miedo, mas allá de los reos, hasta sus familias y abogados.
Los cambios que se han dado, mismos que son muy escuetos, no han atacado realmente la raíz del problema, a lo que indica un termómetro rojo, con posibilidad latente de un colapso total, muy peligroso y de proporciones inauditas, lo que llevarían a un desorden social a todos los niveles.