Los cambios de un sistema político lo inician las minorías. La historia de los grandes acontecimientos en la humanidad comenzó por iniciativa de un puñado de personas. Por ello es desafortunada la hipótesis del aún presidente de la republica mexicana, Enrique Peña Nieto, en el sentido de que no renunciaría solo porque una minoría de inconformes así se lo pida. A estas alturas no sorprende la supina ignorancia y la malicia con que este Jefe de Estado deambula por los pasillos de Palacio Nacional.
Algunos ejemplos de ello ilustran lo anterior. Por citar unos, cuando el sacerdote Miguel Hidalgo se alzó en armas contra la corona española, solo eran un reducido grupo de inconformes que no estaban de acuerdo con las reglas del juego que privilegiaba a los ibéricos en perjuicio de los criollos. Es cierto que sucumbió asesinado y su cabeza fue expuesta en público. Sin embargo, las ideas fecundaron y se expandieron por toda la Nueva España y terminaron con reconocer la independencia.
La Revolución Mexicana tuvo sus orígenes en unos cuantos pensadores inconformes que tenían ideales de una mejor nación, con menos desigualdad, mayor justicia y reparto de la riqueza. Sus líderes fueron encarcelados por el régimen dictatorial de Porfirio Díaz, algunos asesinados y otros exiliados. Sin embargo, las ideas germinaron y tras el asesinato de presidente Francisco I. Madero, los líderes entendieron que solo las armas los librarían de la opresión. Así surge Francisco Villa, El Centauro del Norte y único que ha invadido Estados Unidos, Emiliano Zapata en el sur del país.
Una minoría inconforme, los mencheviques, en Rusia junto con los bolcheviques, iniciaron un movimiento de cambio radical en Rusia en 1917, modificando el sistema feudal monárquico en una republica socialista. Más recientemente, en Nicaragua, Augusto Sandino se alzó en armas contra el dictador Somoza. Fue asesinado pero sus ideas se expandieron. Su hijo Anastasio Somoza lo relevó en el poder. Luego nace el Frente Sandinista de Liberación Nacional, conformado por un reducido número de personas, y en 1978, 25 guerrilleros secuestran funcionarios y diputados al asaltar el Palacio Nacional. Negocian su liberación y con un salvoconducto salen del país. Justo antes de subir al avión, uno de los encapuchados se quita el pasamontañas, es Edén Pastora, quien a la postre se convertiría en un sicario del imperialismo yanqui.
Tras el triunfo del movimiento armado en México en 1917, la Carta Magna recogió las aspiraciones sociales más sentidas. EPN con sus contrarreformas ha socavado garantías de estabilidad laboral, seguridad social que ha provocado que una minoría alce la voz. La conducta de Peña Nieto presenta rasgos de una dictadura: no escucha las protestas, no ve las inconformidades, no siente el dolor de millones de mexicanos que están hartos de la impunidad y corrupción oficial, su Casa Blanca, el caso de Tlatlaya, los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, el encarcelamiento del Dr. Mireles, líder de las autodefensas que desafiaron al narcotráfico y el cobijo que le brinda a su amigo Alfredo Castillo…la lista de agravios es casi interminable.
A sus 60 años un escuálido sujeto salió de su casa rumbo al mar a tomar sal, cuyo control monopolizaba el imperio británico por lo que estaba prohibido disponer de ese recurso sin el consentimiento de la autoridad. Menos de 80 personas iniciaron la caminata. Un reducido número de inconformes para la India del siglo XX. Al llegar al mar, eran millones los que acompañaban a ese individuo. Ahí se percataron que perdían el control y reconocen la independencia de la India.
Dudo que mi aún presidente esté enterado de este acontecimiento y por ello desdeña a una minoría inconforme que ya comenzó a exigir el cambio verdadero, el fin de la opulencia de unos cuantos en detrimento de la mayoría, los privilegios para los cortesanos a expensas de los millones de pobres, la aplicación de la ley para todos y no solo para los enemigos políticos, alto a la corrupción e impunidad burocrática. Ahora tal vez solo son unas protestas aisladas en el país y en el extranjero, pero así comenzaron otros movimientos que derrocaron al dictador.
