Tal parece que el dicho tendiente a tener precaución con lo que sucede a nuestro alrededor y tomar las medidas necesarias para que no suceda en lo propio no aplica para quienes gobiernan…
Esto le pasó en estos últimos días al buen Tello, ese que es hermano de Ramón Villagómez el inhabilitado para ejercer trabajos en gobierno en Nuevo León por tranza.
En esta región bellísima del estado los constantes abusos policiacos no son de ahora, en Montemorelos en las ultimas dos administraciones, la de Pablo “El Bailador” Elizondo, por mucho el peor alcalde que ha pasado por ahí y lo de bailador por aquellos de sus bailes en la mesa cuando andaba en campaña y en la de Gerardo Alanís el “Viene Bien” y “Tlatoani”, porque se compró un premio y se lo otorgó solo, en donde hubo dos homicidios cometido por policías, ciudadanos golpeados y abusos constantes de derechos humanos…
Y el secuestro y asesinato sin resolver (aunque hay muchos secretos a voces) de un periodista.
Pues esto no ha sido un indicador para quienes gobiernan en la actualidad y que tomen el cuidado necesario para seleccionar a quienes les van a encargar la seguridad de sus gobernados, esos que votaron por ellos (aunque haya sido con lonche y despensa).
Esa falta de atención sobre los perfiles psicológicos de los policías genera un peligro latente para quienes circulan a diario por las calles y carreteras de la región.
Y todo por su falta de criterio que provoca lo que ahora sucedido: varios menores heridos por la simple razón de tener personas con un criterio inferior al mínimo requerido para existir…
No lo digo por respeto a nuestros primos los primates, pero los polis parecen changos con tijeras por su peligrosidad e inconciencia.
En Allende hace unos días también los poliguachos (esto porque son soldados) golpearon salvajemente a un lustrador de calzado, quien según dicen ellos es raterillo.
Como sea, no hay justificación para el ejercicio abusivo de la fuerza pública, porque existen métodos y/o técnicas policiacas que se deben aplicar y que deben conocer incluso los propios alcaldes, pues no dejan de ser los jefes de los cuerpos policiacos, aunque no quieran.
Dirán, Silverio, el Javi y Villagómez que ellos están muy ocupados pensando en otras actividades y que el responsable es el Secretario de Seguridad Pública de turno.
Nada mas erróneo. Los responsables de la seguridad de la gente en los municipios son los alcaldes así como en el Estado es el Gobernador (¡y arre a jalar que se ocupa!).
Ahora que “el niño esta muerto” no se puede salir y decir a los medios que es un hecho reprobable como lo acaba de hacer el irresponsable alcalde de General Terán, Eleuterio Villagómez.
Insisto: Es reprobable que él, Villagómez, lo haya permitido por sus omisiones, por su falta de atención a poner policías capaces de cuidar a los seres humanos que viven o circulan por sus territorios ¡bajo su estricta responsabilidad!
Que no venga ahora a decir que la virgen le habla, porque no tiene la culpa el Indio sino el que lo hace policía y no por ser indio, porque eso es tener orgullo como raza, sino por no darles la capacitación necesaria.
¿Ahora esperaremos a que muera otra persona? ¿Hasta cuándo tendremos cuerpos de seguridad a la altura de lo que pretendemos ser como nación y que pagamos por adelantado con nuestros impuestos?
A los tres alcaldes: Pónganse a jalar que se ocupa… Bájense de sus camionetas blindadas y no le peguen al pirrurris.
¡Arre, aunque sea con la que barre..!
