Está claro que se debe de practicar una “resucitación” de la educación en México, pero quizá esta solo se ha visto desde enfoques parciales, esto claro conlleva a soluciones parciales o totales fracasos, cabe destacar que desde hace años se ha fabricado una brecha entre la familia y la escuela, ambas partes poniendo su grano de arena. Ya que la familia se deslinda completamente de reforzar lo aprendido en las instituciones y estas a su vez de reforzar los valores familiares teniendo como consecuencia una orfandad del menor que puede y es aprovechada por terceros que van desde los “detiene paredes” de la esquina hasta el patrón mezquino que por desconocimiento aprovecha al trabajador al grado de esclavitud.
Es claro que desde el año 2000 durante el sexenio de Vicente Fox (el ranchero ridículo con botas de charol) las reformas educativas han tenido más publicidad buscando no solo el beneficio del huérfano que hemos citado anteriormente sino también de terceros que supieron aprovechar las brechas que estas reformas trajeron, cabe mencionar que desde dicho sexenio se creó una puerta que todos los empresarios aplaudieron tal cual cito “la vinculación de universidades y tecnológicos con el aparato productivo sustentado en la micro, pequeña y mediana empresa” dicha cita se lee magnifico para quien crea que 2 + 2 = zapato, por que vendió la idea de que el joven saldría preparado para ayudarse a sí mismo a encontrar un empleo digno y bien remunerado dentro de un radio aceptable evitando así una migración excesiva en busca de oportunidades de empleo; pero claro nadie pensó que la grandes multinacionales verían esto como una fuente inagotable de mano de obra barata y preparada. Puesto que ellos se ahorrarían años y presupuestos de selección y capacitación de personal al educar al huérfano para ser el “excelente obrero” esos que siempre tienen la camiseta puesta y hasta te dan las gracias cuando los despides sin finiquito.
Esto tuvo un gran impacto durante el sexenio del predecesor Felipe calderón (ese enanito que tenía 90% de alcohol en sangre permanentemente) teniendo el mayor auge de la educación en sus tiempos, reduciendo drásticamente el índice de deserción, pero surgió un grave problema, el modelo educativo vigente desde los 90 que tenía como pilares esas cosas insignificante como valores y conocimientos básicos, teniendo como consecuencia que a las transnacionales no les gustara el producto, surgiendo una nueva reforma que ahora se centraba en cosas que si les sirvieran como una política tecnológica, la racionalidad del gasto educativo (paga menos y produce más) y la más notable que fue la eficiencia en la formación de los maestros, pero como el sexenio de calderón estuvo plagado de errores que le costaron a la sociedad mexicana en demasía, esta nueva reforma entro en un letargo hasta el año 2015 durante el sexenio del presidente Peña Nieto (Lord Memes) cuando se realizó la primera evaluación docente para determinar si en verdad estaban o no preparados los maestros para enseñar lo que ocupaban las empresas.
Tornándose esto en una cacería de brujas indiscriminada por parte del gobierno para liberar plazas docentes y ocuparlas con el primero que tuviera más allá de un conocimiento encima del bachillerato, ocurriendo como consecuencia que el docente del nuevo plan fuera uno sin conocimiento de la impartición de la educación pero si con la necesidad de un trabajo estable y completamente obediente ante las ordenes que dieran los patrones que ocupan permanentemente mano de obra sin ese musculo que se aloja entre las orejas.
Ahora ante la cartilla moral y las imaginarias becas sin respaldo económico el presente gobierno solo está dando la imagen de que el paquete les está quedando grande, dejando claro que la educación en el así está demasiado relegada. Y por lo tanto seguiremos produciendo mexicanos promedio que se conforman como dirían los antiguos romanos con pan y circo. Pero claro, la felicidad nos sobra en el país, solo que les falta decir que a la par del hundimiento de nuestra sociedad en todos los aspectos.