Desde pequeñas, a las mujeres se nos enseña a competir las unas contra las otras. Que si el peinado, que el guardarropa, el pegue con los hombres, la que hace la mejor boda, la mejor fiesta infantil, la que trae la mejor mamamovil, la que es supermom sin quejarse, etc. Si bien es cierto que también nuestra naturaleza se inclina a la protección de los demás, hay una poderosa fuerza exterior producto de años de patriarcado que nos tiene compitiendo entre nosotras por cosas francamente ridículas, como lo vemos diariamente en las redes, cuando dos damas se disputan el amor de un doncello asediado. Bueno, dejando esas cosas banales del ciberespacio, ayer lo pude observar en dos situaciones que les voy a comentar hoy.
Una de ellas fue el anuncio de que las cantantes JLo y Shakira se presentarán durante el show de medio tiempo del Super Bowl 2020. De inmediato, las críticas al por mayor sobre su capacidad para levantar los ánimos en ese espectáculo, aderezados con comentarios donde sus cuerpos impiden que tengan talento. Y nada más alejado de la realidad, si consideramos que ambas tienen presentaciones exitosas y la capacidad para dar un verdadero show digno del festejo mundial que es el SB. No es la falta de talento lo que critican, sino que son dos mujeres bellas quienes tienen el honor de participar.
Otro hecho en lo local son las constantes agresiones de la Diputada Celia Alonso a su compañera legislativa Claudia Tapia. Ya hemos contado en repetidas ocasiones las agresiones frente a otros diputados y compañeros de prensa por parte de Alonso hacia Tapia, y ahora fue precisamente haciendo uso del pleno cuando de nuevo Celia empezó el ataque contra Claudia, cuando el tema a discutir era otro. Es innegable que hay un dejo de rencor en contra de Tapia, es visible y palpable para quienes hemos visto de cerca a Celia cuando se dirige a Clauda y a otras de sus compañeras diputadas que no coinciden con sus argumentos. Curiosamente, las personas con las que no se lleva bien también tienen en común que llaman la atención por su aspecto físico y carisma. Por cierto, aparte nos dimos cuenta una vez más de la poca preparación de la legisladora escobedense: le reclamó a Claudia Tapia que no pudiera cabildear ni un exhorto, cuando lo único que se cabildea son las iniciativas. Tenemos votos por inercia y desconocimiento de sus funciones, así nuestra diputada Alonso.
Entre mujeres, la belleza e inteligencia ajena es vista como peligro ante la posibilidad de que nos pedaleen las bicicletas y nuestras parejas posen sus ojos en alguien más, aunque eso no es consuelo ya que la vista es natural y lo hacen a diario. Pero el amor romántico de nuestra cultura machista dicta que debemos cuidar y celar en exceso y competir con otras mujeres por ser las hembras alfas de la manada. A los hombres no les conviene que nos unamos, que dejemos de verlos como trofeos por los que vale la pena pelear. Es uno de los métodos de sometimiento más ancestrales y que sigue perpetuando a nuestros días. Yo espero que algún día todas las mujeres tengamos el suficiente entendimiento para tejer lazos de apoyo en lugar de ponerle el pie a la congénere que sobresale. Hagámoslo hasta por moda, que la sororidad es lo de hoy.
