Este sábado se celebró la manifestación #28S con motivo de exigir la despenalización del aborto, donde colectivos feministas y mujeres de todas las edades se dieron cita para hacer un recorrido por el primer cuadro de la ciudad. Salvo algunas personas y hombres que se posaban junto a las chicas y lanzaban improperios o rezos, la marcha transcurría de manera pacífica cuando de repente, a la altura de la Iglesia del Roble, uno de los policías que fueron desplegados para «seguridad» de las manifestantes, atravesó su motocicleta exactamente por donde las chicas iban transitando, nada más por placer de molestar. Obviamente hubo respuesta ante tal hecho.
Al momento de encararlo, durante la discusión, el oficial empujó intencionalmente a una de las mujeres que encontraba a un lado, lo que provocó el enojo de las demás compañeras; los ánimos se agitaron pero se pudo controlar; más no se quedaría así. Más adelante, en un acto de autoritarismo y represión, de nuevo un oficial se abalanzó sobre dos compañeras que realizaban pegotes y pintas en postes. Una de ellas fue detenida y horas después dejada en libertad gracias a que las mujeres se organizaron para pedir información y movilizar a Derechos Humanos y las instancias correspondientes. Dos horas después de que fue detenida, la compañera Carmen regresó a la plaza Zaragoza, donde se llevaba a cabo el evento final.
Pero de nuevo, malas noticias: mientras se dirigía a encontrarse con su novio, otra de las asistentes fue detenida bajo el argumento de haber realizado grafitis en la plaza. Cuando se le revisó, solamente se le encontró un marcador de agua. No fue detenida in fraganti ni había ninguna denuncia por el hecho. Fue una forma de mandar un mensaje de represión a todas las mujeres o ciudadanos que decidan manifestarse libremente. Cual chivo expiatorio, la joven fue llevada al Alamey aún y cuando ya se retiraba del lugar pacíficamente. Muchas irregularidades en el proceso, desde el simple hecho de no tener una causal o motivo para que fuera detenida, en una clara señal de venganza por parte de quienes tenían la tarea de brindar seguridad durante el evento.
Afortunadamente, algunos medios de comunicación y varias asistentes grabaron y documentaron los abusos de autoridad que se dieron a lo largo del evento, dejando al descubierto que el punto negro en el arroz era la presencia de elementos varones, incluso no respetando el protocolo de enviar a mujeres policías para cuidar de otras mujeres. Ayer Domingo fue liberada la manifestante, después de que fue intimidada junto con su familia, además de que se les pidió a las compañeras de la Asamblea Feminista NL que limpiaran las pintas en el kiosko de la plaza. Ellas cumplieron la voluntad de un gobierno represor, intimidatorio, autoritario que reprime la libre manifestación de ideas y busca desestimar las luchas. Pero se le olvidó un pequeño detalle: cuando tocan a una, nos tocan a todas, y se espera que haya diversos posicionamientos sobre estos hechos en el transcurso de la semana. Agradecimiento especial a los colectivos MOVINL, Únete Pueblo y diversos activistas por su apoyo para hacer visible la injusticia que se estaba cometiendo.
