Cuando platicamos que alguna persona cercana está enferma ya en estado de agonía, la muerte es inminente, son momentos dolorosos que casi siempre marcan un antes y después en tu vida.
A casi nadie le gusta platicar sobre la muerte, es como si la convocaras, tan así es que hasta da miedo comprar servicios funerarios, pero es algo tan natural como la vida misma, es algo que en determinado tiempo a cualquiera le va a pasar, de repente te cargó la huesuda, chupaste faros o te pusiste la pijama de madera.
Es así como los mexicanos después de haber pasado por el trago amargo de enterrar a sus muertos, nos burlamos de la calaca, considero que nadie en el mundo lo hace, nadie se atreve porque dicen, diiicen que es un sacrilegio, pero en México hasta arte tenemos para representarla, de hecho cada 2 de noviembre que se conmemora a los fieles difuntos, es un día nacional de fiesta, se elaboran altares con la comida y bebida que más le gustaban al muerto.
Lo más importante es que cuando alguien fallece no se le olvide a nadie, siempre debe vivir en tus recuerdos y en tu corazón, siempre habrá un motivo para recordar su vida, la conmemoración es para eso para recordar el tiempo maravilloso que los disfrutamos, siempre se van a extrañar y se debe aprender a vivir con el dolor y la ausencia, pero debemos sentirnos felices y afortunados de haberlos tenido en la tierra.
El día de hoy leí una frase que me llegó al alma que dice así: “HOY LOS ABUELOS BAJAN DEL CIELO PARA ABRAZAR A SUS NIETOS” pero yo creo que los papás también a sus hijos.
Esto se lo dedico a mis padres que ya no están físicamente pero siempre vivirán en mi pensamiento, en mi corazón y su sangre correrá por mis venas.