Me encanta como somos los mexicanos, sinceramente no hay nadie como nosotros, cuando a pesar de que vivimos tiempos difíciles y llenos de incertidumbre, no dejamos de burlarnos y reírnos de nuestras desgracias.
Somos una especie llena de encanto, de magia, de misticismo, pero además llevamos la música por dentro y también por fuera.
Curiosamente muchos mexicanos y mexicanas que se sienten hechos con la mano de Dios o como dicen se sienten hechos a mano, son los que más material dan, y esto no quiere decir que somos personas que le falten el respeto a los demás, pero si hay que decirlo, somos especialistas en ponerle apodos a las personas, nos burlamos de cualquier situación que dé pie a hacerlo.
La verdad sólo en México suceden éstas cosas, pero eso si somos excelente anfitriones, que mejor prueba que el recibimiento a un personaje que llegó de Bolivia, no digo quien porque ya todos saben.
Cada ciudad tiene lo suyo, pero eso si todos nos pintamos solos para organizar un fiestón en un momentito, sólo necesitamos música en cualquiera de sus modalidades, comida que depende en que lugar te encuentres son los sazones, y listo, que empiece la pachanga; hablando de sazones, considero que somos un país con una inmensa variedad de sabores y colores en su gastronomía, comemos desde vacas hasta insectos.
Somos un encanto de personas, salvo contadas excepciones, pero hay un problema, somos tan buenos que somos muy malos para tomar las mejores decisiones, si somos únicos, pero debemos empezar a tomar con seriedad las cosas desagradables que están sucediendo, porque no estamos para burlarnos de éstas desgracias.
Yo si estoy orgullosa de mi México, pero no quiero ser la burla de nadie.
¿Y tú qué tal?