Cuando apenas están empezando a disque hacer su trabajo, porque es pura simulación, los que se encargan de administrar los municipios, estados y hasta el país, ya se les hace tarde para empezar con su proselitismo, que barbaridad.
Es bien sabido que cada partido para armar y reforzar sus estructuras tienen que hacer “labor social” que dicho sea de paso no es más que pagar a sus líderes seccionales para que tengan contentos a los votantes.
Que pena que como nadie cree en sus capacidades para gobernar tengan que acudir a la vieja usanza que nunca pasará de moda mientras la gente siga esperando su despensa, por ahí se dice que en el área poniente hay líderes que diariamente regalan despensas, y compran voluntades, y obvio que por hacer ese trabajo reciben su buena recompensa, y así los hay en cualquier parte de Nuevo León.
Lo más lamentable es que como los partidos más veteranos para poder seguir viviendo del presupuesto, dan la vuelta a los mismos miembros porque seguramente creen que con su experiencia de corrupción, son los únicos que podrán hacer que gane su partido, entonces lo que pregonan de ser partidos renovados, es una falacia.
Es difícil comprender, que viviendo en el siglo XXI sigamos viendo las prácticas del siglo XIX y XX, lo que si me queda claro es que mientras existan éstos seres que toman las políticas públicas como su negocio de vida, habrá gente que por no trabajar (mucha) estiren la mano y cambien una miseria por un voto.
Triste pero cierto, los dinosaurios solo buscan su beneficio, y los crédulos ahí se van a quedar esperando en su quelite.