Tres o cuatro días después de que AMLO recibiera la constancia de haber ganado la Presidencia de la República, un amigo (ahora les dicen chairos) me dijo: “Es incansable”, efectivamente, le contesté, lástima que haya llegado demasiado tarde. Y se arrancó por todos los confines de la República “para agradecer al pueblo que me ha concedido llegar”(sic). Luego vino la transición y siguió con locura su eterna campaña, algo que no ha dejado ni un día desde entonces; es un animal político de profesión, lo único que sabe hacer son campañas. Después llegó la Toma de Posesión del Cargo, creíamos que ahí parara en sus viajes de proselitismo; ni bajó su deseo de trascender en su política esencialmente personal. Ahora, a 14 meses después, está sintiendo lo difícil que es gobernar el País, aunque insista en seguir con las mismas terquedades. Lo más preocupante es que a diario habla de que todos los males vienen desde los gobiernos anteriores; no descarta acusarlos de neoliberales, tecnócratas, fifís, conservadores, etcétera, fomentando división.
La semana pasada, durante la celebración del Aniversario del Ejército Nacional dijo algo inaudito: agradeció a los altos mandos de haber conjurado un Golpe de Estado (en realidad dijo: “me cuidaron del golpismo en mi contra”); recordándonos el Golpe del Gral. Victoriano Huerta, quien atacó el Palacio Nacional y ordenó que mataran al Presidente Madero y al Vicepresidente Pino Suárez, algo que hicieron sus paniaguados, quienes efectuaron dichos homicidios detrás de la Penitenciaría llamada Lecumberri.
¿Por qué hizo esa mención sucedida hace más de 100 años y que no ha sucedido desde entonces, además de no existir la menor duda sobre la lealtad del Ejército hacia su jefe $upremo? AMLO padece paranoia. Necesita con urgencia atender éste pernicioso mal que lo aqueja y abochorna al ejercer tan Alto Cargo; su Alter Ego lo domina a plenitud, ya lo perdimos, no hay cura posible; ese mesianismo que lleva tan prendido en la sangre, lo trastorna y domina.
Él decide a placer sobre todos los asuntos de la Administración; veo a sus subalternos inútiles, miedosos ante su presencia, señal que están representando un Cargo sin ejercerlo; el asunto del “Culiacanazo” es ejemplo claro de lo que digo; vimos como su “Gabinete de Seguridad” fue sometido por él y dedicado sólo a tratar de comunicarnos algo que hicieron equivocadamente.
Hay muchos datos transmitidos por el Presidente que nos hacen ver que están aniquilados, sometidos a su voluntad, por discordante o absurda que sea. Para colmo, las mujeres del País están reclamando la falta de medicinas para sus hijos con cáncer, o para ellas, sin que se les administren, como antes. AMLO ha decidido desaparecer algunas oficinas, por haber detectado “anomalías” en las compras. Son nuestras mujeres quienes han decidido salir a expresar éstas descomunales y malignas formas de atacar la corrupción; así dio ésta criminal orden sin esperar a hacer los cambios pertinentes paulatinamente; también dio de baja a miles de hombres y mujeres que estaban en distintos departamentos, algunos muy valiosos y experimentados; así trata éste inútil a sus empleados valiosos, colocando inexpertos a granel.