Dallas, Texas – (Diario regresivo, octubre 27, faltan 8 días para elecciones en USA el 3 de noviembre). Durante generaciones se viene transformando la vida cotidiana de las minorías en Estados Unidos, de manera principal la de origen latino (predominantemente mexicana).
El camino sigue cuesta arriba pero el panorama ya no solo es distinto, se sabe que hay un futuro promisorio real, pero ha costado una lucha política aguerrida y que sigue en pie. En la actualidad se ha encarrilado en organismos políticos, y en asociaciones de defensa de los derechos civiles, y de orientación y apoyo en los diferentes ámbitos sociopolíticos.
Ha sido arduo y doloroso para tantas personas el paso del desconocimiento y el rechazo al reconocimiento. Enfrentar mediante la resistencia en el barrio el intento de sofocar nuestro idioma con métodos draconianos, hasta alcanzar la actual existencia de grandes periódicos y medios de comunicación con un limpio español.
Se ha cruzado del sometimiento racista a la actual presencia de profesionistas en todos los niveles y áreas, pasando por la insubordinación y el activismo político. Se ha avanzado, desde la dura labor del trabajador agrícola -generalmente abusado- al actual poder económico, protagonista sustancial en la economía nacional. No son pocos los logros, pero falta mucho para tener una mejor representación. Y sin embargo, aquí vamos con una mayor incidencia en cada elección.
Se me fue la pluma. Buscaba una línea como escalón para iniciar estos apuntes y se formó un prólogo para señalar que el idioma español forma parte insoslayable de la vida de este país y, por ello, los candidatos en sus campañas no eluden su importancia. Buscan al votante latino en su propio idioma (aunque haya un cierto porcentaje que no lo habla).
La contienda por la Casa Blanca también se libra en español, los contendientes y sus equipos de campaña, los políticos y muchos famosos que los respaldan le hablan en español al elector latino, compran anuncios en los medios en español y cada vez más buscan el respaldo de una comunidad latina que se ha convertido en la principal minoría con derecho a votar.
Así es, el voto latino es uno de los más importantes en estas elecciones, y es el más relevante entre las minorías raciales, por encima incluso del de los afroamericanos a quienes les siguen los asiáticos.
Uno aboga para sacar a Donald Trump de la Casa Blanca. Uno se irrita cuando ve latinos respaldándolo, pero ya sabe usted como es la democracia. Si bien es cierto que los latinos tendemos a votar demócrata, también lo es que algunos son republicanos, pero esos votos encontrados -demócratas vs republicanos- equivalen a 7 por 3. Se estima que 3 de cada 10 votan por republicanos y 7 por los demócratas.
Volviendo al “aquí vamos”, con nuestra incidencia -según el Pew Center- Joe Biden cuenta con el 63 por ciento de apoyo de los posibles votantes latinos, en tanto que Trump tiene el 29 por ciento.
Y ya que estamos con las estadísticas del Pew, los latinos somos el segundo mayor grupo de votantes -solo detrás de los blancos- con 32 millones de electores.
¿Y dónde vivimos los latinos votantes? Dos de cada tres latinos que votamos vivimos en cinco estados: California es el más nutrido con casi 8 millones (7.9); le sigue Texas con 5.6; Florida con 3.1; Nueva York con 2.0 y Arizona con 1.2 millones.
Como tal vez usted ya sepa, el que esto escribe vive en Texas. Aquí en el “estado de la estrella solitaria” la población latina tendrá un alto porcentaje de voto en estas presidenciales.
Aquí en Texas representamos ya el 30 por ciento del electorado. Los datos de las encuestas recientes muestran que el 48 por ciento de los latinos de Texas votaremos por Biden, mientras que el 38 por ciento apoya a Trump.
En este espacio hemos dicho que Texas puede convertirse en uno de los estados pendulares, si esto ocurre en estas presidenciales el voto latino habrá sido fundamental. Ya hablaremos luego de esos estados que con su swing suelen definir elecciones.
Aquí vamos, pues. La otra obviedad respecto a nuestro voto es que, a mayor incidencia política, mayor respeto a nuestros derechos político-sociales.
Los activistas, para lograr los cambios que nos beneficien, exhortan: “Participa, tu voto es tu voz”. Sin duda, pero para que nuestra voz sea escuchada precisamos un bloque electoral sólido, fuerte, así es como cambiarán las cosas.
Fuentes: Pew Center, Latino Decision, Census USA.
Raúl Caballero García, escritor y periodista regiomontano. Para comentarios: [email protected].
