Hoy tendremos el primer debate entre las y los candidatos que aspiran a llenar la silla en el Palacio de Cantera. Quienes estamos al pendiente de la política y el marketing, este es uno de los eventos que nos merecen nuestra total atención para observar detalladamente el asunto, porque más allá de los dichos y las palabras, el lenguaje corporal nos complementa las ideas. Es un placer culposo para mí, inspeccionar videos y fotos ajenas cuando hay declaraciones para saber si en realidad las personas son sinceras; o bien, en este caso, si sus propuestas son creíbles.
El encuentro de hoy será por la plataforma Zoom y había que hacer un preregistro para acceder a él, así que probablemente no tendrá una gran difusión. Se trata de un evento organizado por diversos organismos empresariales. Pero ya vienen los que serán transmitidos por señal abierta y entonces habrá que empezar a correr las apuestas sobre los temas y sombrerazos que se darán. Porque en este mes y medio de campañas ya se han dado hasta con la cubeta por redes y medios, así que imagine usted lo que pasará cuando se tengan frente a frente.
Yo me imagino a una Clara Luz batallando para expresarse sin la ayuda de un telepronter, insegura al estar frente al causante de su bajada en las encuestas. Ansiosa de preguntarle sobre Rodrigo Medina y sus delitos no investigados, aunque no espero mucho ataque, porque todavía el tema de la secta le pesa mucho. Con Samuel García, es predecible la actitud que tendrá Adrián de la Garza: una y otra vez sacará los temas de presuntos lazos con el narcotráfico, lavado de dinero y su juventud para gobernar. Samuel seguramente responderá a su forma, en tono irónico y echado para adelante, porque el tema de Medina da para mucho.
A Fernando Larrazabal lo imagino como el tío buena onda, mediando para que ninguno se exaspere, que no se suban los ánimos, que reine la paz. Con esa tranquilidad y pasividad que le ha caracterizado en su campaña pero que también que ha sido la culpable de tenerlo en el cuarto lugar de preferencias en las encuestas. Últimamente ha tenido acercamiento a muchas figuras públicas y hasta comediantes, pero de ahí no ha levantado. La chispita no ha logrado encender. Y de los demás aspirantes de partidos satélites ni mención: la mayoría ha sido casi inexistente en estas semanas y dudo que alguno remonte hasta dar batalla en los primeros lugares.
Ojalá que los debates se centren en las propuestas y no en los ataques, aunque sinceramente, lo dudo mucho. El escándalo vende, el escarnio se espera, la gente quiere ver sangre y fregazos cuando se topan los candidatos. Los ánimos en las redes sociales y las conversaciones sobre el tema de las elecciones se suben de tono cuando se manifiestan las inclinaciones por uno u otro color. Por lo pronto, ya compré mi dotación de palomitas y me acomodaré en mi sillón favorito. Que empiece el show.
