Haydé, tiene 41 años. De voz agradable y serena, uno no imagina al verla por todo lo que se ha enfrentado. Sin trabajo y con una hija pequeña de dos años, después de múltiples consultas médicas en la Unidad Médica Contra el Cáncer (UNEME), fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa 3. La noticia le cambió la vida: se estaba enfrentando a uno de los tipos más agresivos.
“Bendito Dios, gracias al Seguro Popular, ahí entraba el Hospital San José o el Universitario, y me dieron a elegir”, me relata. “Elegí el Hospital San José. Sentí una esperanza cuando me dijeron que me atenderían ahí. Los doctores cuando me empezaron a tratar nunca me hicieron sentir enferma”. Le dieron la opción de salvar su matriz para tener más hijos, pero sus posibilidades económicas no se lo permitieron. Eso, me cuenta, pasó a último término. Su prioridad era salvar su vida.
Gracias a la cobertura que le dio el anterior programa de salud, pudo terminar siete quimioterapias. Pero luego viene el problema del INSABI, la promesa del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para sustituir al Seguro Popular. “Se acabaron los apoyos. Dentro del INSABI había una hojita donde decía que nosotras, las mujeres con cáncer, no entrábamos. Olvídate, fue un mar de sentimientos, ya estoy pérdida”.
Hubo juntas entre el Dr. Manuel de la O y el Hospital San José para seguir atendiéndoles. En eso se llega el Covid. En el San José le recomiendan adelantar su mastectomía porque se avecinaban los recortes debido a la pandemia. Le hicieron su cirugía. Ya no había dinero público para soportar los gastos derivados de las enfermedades catastróficas. Gracias a las aportaciones de diversas asociaciones civiles y donaciones, pudo terminar sus radioterapias, una vez que el gobierno federal les retiró la cobertura.
“Lo único que me faltaba era un medicamento que se llama Capecitabina, un fármaco utilizado como quimioterapia, no me lo dieron, me quedé esperando. Nos decían que nos apuntáramos en una lista para ir a pedirle al gobierno el dinero. Me quedé esperando, pensando que había gente más delicada que yo”. Me dice que la citaron en oficinas del Partido Acción Nacional donde dejó sus datos para los amparos que se harían para que les respetaran sus tratamientos. El amparo no llegó.
Son meses de lucha en los que ha estado de un lugar a otro, entre estudios y diagnósticos para su tratamiento, donde le dan los mismos resultados que en el San José, la Capecitabina. Desde diciembre ha estado esperando su medicamento, peleando contra la burocracia. El Hospital Universitario dice que le está atendiendo, pero su medicina no llega. Su derecho a la salud está siendo negado. Las pastillas le cuestan entre 17 y 20 mil pesos.
“Hay cerca de 20 mujeres que han fallecido debido a la falta de cobertura que existe por causa del cambio de Seguro Popular a Insabi. Las pastillas me las han estado donando, pero me siguen faltando dos cajas, son 900 pastillas el tratamiento total, he logrado juntar gracias a Mujeres Fuertes y el Gobierno de Veracruz 700 pastillas, pero todavía me faltan 200”, comenta preocupada.
“La gente se está muriendo por la falta de apoyos, se están rindiendo, ya no tienen fuerza para seguir luchando por sus tratamientos. Es muy feo ver la ciudad llena de banderas y que no haya dinero para los medicamentos, se siguen muriendo señoras con niños chiquitos, esa es la situación”.
Si a ustedes le interesa apoyar de alguna manera a Haydé o alguna de las mujeres que enfrentan esta enfermedad, puede comunicarse al teléfono 8131767884.
Nota de redacción: A la señora Hayde le llamaron ayer tarde del Hospital Universitario para que antes de la 1 de la tarde de hoy, pase por su medicamento, pero aún falta mucha gente por tener tratamientos…
