Tremenda sorpresa e indignación causó en las redes sociales la nueva versión del tema campaña del candidato Samuel García “Ponte Nuevo León”. Y es que, para esta ocasión, los participantes en la canción y video fueron grupos regiomontanos famosos en los 90s: Pato Machete, Genitalica, Jonás, La Ronda Bogotá y el vocalista de Tropical Panamá. De inmediato se emitieron 2 posturas, los que estaban a favor de que la llamada avanzada regia reapareciera en los escenarios con esta mezcla de sonidos y los que se pronuncian en contra por identificarlos como antisistema. Lo ven como una incongruencia a sus canciones.
Si bien el rock en la época de los 90s tuvo un auge a nivel local, no hay que olvidar que ninguno de los grupos se pronunció abiertamente como anarquista opositor del gobierno en turno. Algunas de sus letras incitaban a los movimientos sociales, pero realmente nunca fueron algún tipo de protesta real hacia los gobernantes e incluso, en muchas ocasiones, participaron en eventos relacionados con la política, los tradicionales eventos culturales o festejos de Independencia en la Macroplaza.
Hay que dejar algo muy en claro: si lo personal es político, el marketing también lo es. Sin marketing no se podrían hacer campañas, pues hay que dividir a la población en segmentos para tratar de llevar el mensaje que el político desea a cada uno de esos grupos; no se puede cuestionar la participación de artistas en la política, sobre todo en una época como la que estamos viviendo. Muchos de ellos, si no es que la mayoría, tuvieron pérdidas al dejar al tener que cancelar conciertos y tocadas por el tema del Covid-19. Me parece injusto que se les satanice por el hecho de hacer lo que ellos saben: música. Independientemente si es para un partido para un candidato o para un gobierno, es trabajo por el cual deben recibir una remuneración económica, porque nada en este mundo es gratis y además, ¿quién nos asegura que no se sientan identificados con el candidato o la candidata que les contrata?
Somos muy buenos para juzgar, condenar y criticar a través de las redes sociales, pero ¿cuántas de esas personas que sean han rasgado las vestiduras ante la participación de estos rockeros regiomontanos en realidad son sus seguidores y, sobretodo, consumidores de su trabajo? ¿Cuántos les han apoyado monetariamente durante esta pandemia a través de las diversas plataformas en las que muestran su talento?.
El rock regiomontano si bien ahora sufre un auge debido a que el poder adquisitivo para ir a sus shows se encuentra entre quienes fuimos o somos sus fans, no es suficiente para mantener vigente su espacio en esta época de crisis. En lugar de criticar y señalar a los músicos que solamente hacen su trabajo y por el cual reciben una paga (muy bien ganada), que nos sirva para ir a las páginas de esos candidatos, checar todas sus propuestas y cuestionar al político y no al emisor de una simple canción.
