Toda instalación eléctrica es delicada. Trátese de uso residencial, comercial o industrial. Los insumos, materiales, recursos y personal técnico que sea responsable de la instalación de cada componente en un sistema eléctrico debe apegarse a una normatividad y estándares específicos, encaminados a que la instalación alcance a desempeñarse eficientemente a la par de reducir los accidentes, esto es, deben ser seguros en todo momento.
Invertir en mantenimientos reduce considerablemente la posibilidad de incidentes o accidentes los cuales pueden llegar a ser fatales. Ninguna prevención sobra y cualquier cuidado es imprescindible, considerando el grado de energía calorífica liberada que implica el contacto de este preciado recurso energético con materiales inflamables, mismos que deben de ser minimizados en la medida de lo posible.
Los especialistas en la instalación de implementos eléctricos deben ser personal debidamente capacitados en el trabajo, los detalles que atienden requieren no solo una destreza técnica calificada, sino que demandan un alto grado de concentración para evitar al máximo posible distracciones, deben ser conscientes que la presencia de aquellos implementos que no sean estrictamente necesarios es un requerimiento obligatorio para no tener que lidiar con estorbos, estar al pendiente de que los materiales a usarse sean los indicados tanto por los estándares de calidad como por los especificados por las indicaciones de ingeniería correspondientes.
No hay espacio alguno para dejar al azar y ninguna falla es admisible. Si hay error la instalación empezará a sobrecalentarse, vendrá una falla que en el peor de los casos ocasiona un incendio; tan solo la posibilidad de pasar más de dos horas sin servicio de suministro eléctrico, supone una pérdida cuantiosa de dinero, en el caso de que el suministro sea de carácter industrial o comercial amén de las molestias ocasionadas a los usuarios domésticos.
Gran parte de los incidentes que tienen desenlace en un accidente por fallas en el manejo de la energía eléctrica, pueden prevenirse. No solo es cuestión de invertir sumas de dinero en compra de materiales y contratación de personal especialista en el manejo, es importante recalcar que la prevención resulta un factor determinante en evitar este tipo de eventos funestos. No saturar centros de carga, ni intentar reparar equipos eléctricos si no se está debidamente calificado para ello, certificar un sistema de tierras debidamente bien instalado, revisar la presencia de humedad en la arquitectura de las instalaciones, aislar prudentemente los tableros, enchufes, entradas y salidas de corriente evitando su oxidación y detrimento, son algunos de los detalles que deben ser atendidos puntualmente.
Considere siempre los lineamientos de seguridad, las normas oficiales del manejo para la prevención de riesgos y no olvide que el manejo de electricidad es sinónimo de manejo de riesgos. Cuide su patrimonio y cuídese usted.
