El miércoles, unos más temprano que otros, pero todos antes de las 23:59 horas del día 29 del mes de septiembre, se dieron los cambios en los gobiernos municipales en Nuevo León.
Se renuevan 50 municipios con igual número de ayuntamientos, uno quedó con un concejo municipal por la anulación de su elección, es el caso de Zuazua.
El principio republicano establece que los gobiernos tienen fecha de inicio y de conclusión, bajo ninguna excusa pueden prolongar su permanencia más allá de lo establecido en la ley, esto garantiza que no haya dictadorzuelos ni interesados en entronizarse.
Los gobiernos llegan legitimados gracias a la voluntad popular, gracias a que se vive un régimen democrático basado en el principio de mayorías con inclusión de minorías.
El gobierno estatal se renueva el tres de octubre pues a las cero horas del día cuatro, Samuel García será el gobernador constitucional en la entidad durante los próximos seis años.
Con los nuevos gobiernos se renuevan esperanzas, las que los ciudadanos depositaron en las urnas, las que alimentaron durante el tiempo de campaña electoral, la que surge del anhelo de mejores gobiernos.
Los gobiernos y gobernantes salientes ya son historia, se puede y se debe iniciar la revisión histórica y evaluar sus gestiones en forma interdisciplinar y mediante el método comparado o la hermenéutica.
Los entrantes inician a escribir sus propias historias en la memoria pública de los territorios donde gobernarán por los próximos tres años, algunos intentarán reelegirse en el 2024, pero será un nuevo gobierno, un segundo tiempo para los reelectos.
Con la nominación de los nuevos gobernantes se abre un nuevo episodio en la vida de las especulaciones, sobre quién buscará tal o cual cargo, los profesionales de la adivinación política ya arman quinielas y apuestan a tal o cual gobernante para encabezar la siguiente contienda electoral.
Aún no inician sus trabajos y ya los tienen con el estrés y el distractor de pensar en un cargo futuro, como si el presente no determinara la posibilidad de ser votado favorablemente en otra contienda.
En las oficinas de los gobiernos municipales y el estatal se respiran emociones encontradas, por un lado, la tristeza de quienes concluyen un encargo, la angustia de pensar en un nuevo trabajo; en contraparte, la alegría, el jolgorio, de quienes llegan a ocupar los espacios vacantes. No hay ninguna irregularidad en esto, así es la democracia, en los espacios de gobierno se viven ciclos, se sabe cuando iniciapero no se sabe si termina el mismo día o en un año o al final de la gestión gubernamental.
Quienes llegan no deben olvidar que la silla es prestada, otros la ocuparán luego, saber e introyectar esto ayuda a no perder el equilibrio emocional, a no olvidar que mañana deberán entregar la silla prestada; los que se están yendo, recuerden que el día que llegaron sus sillas estaban ocupadas y debieron quitar a alguien para sentarse, así es la democracia.
Hay 51 personas ocupando la silla de la presidencia municipal, 50 por elección y uno por designación; junto a ellos, más de 600 personas ocupando un espacio en los cabildos, fungiendo como representantes populares en los ayuntamientos y emitiendo o modificando reglamentos que regulen la vida en la comunidad.
Deseamos que los recién estrenados gobiernos sean los mejores en sus municipios porque su éxito se verá reflejado en mejores servicios municipales, mejores calles, alumbrado, recolección de basura, parques públicos y muchos otros servicios más.
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