Retomando la narrativa de la semana anterior; los verdes europeos estaban contra las cuerdas, los usuarios de gas doméstico sobrevivientes del Covid, se las veían negras para completar los altísimos cobros en sus recibos, Vladimir Putin se frotaba las manos pensando en mantener en cautiverio a los europeos por convertirse en el salvador de la cruenta temporada invernal, en México el PRI hacía lo propio endosando una factura política insospechable al nunca bien ponderado Pejelagarto mayor y presidente de la república, alias AMLO por aprobar el adefesio de contrarreforma que daba para atrás la reforma anterior en materia de energéticos, cuando la resistencia global contra el cambio climático y a favor del medio ambiente, decidió recurrir a medidas desesperadas, LIBERAR AL KRAKEN Y LLAMAR A GRETA TINTIN ELEONORA ERNMAN THUNBERG.
Greta, la “activista climático y medioambiental con Asperger”, enemiga implacable (por Twitter) de todo aquello que se asemeje a petróleo, faltista devota de cada viernes a la escuela, suertudota de no haber muerto por eutanasia al haber nacido sueca hace apenas unos 16 o 17 años y no durante el prolongado periodo previo de 40 durante los cuales Suecia esterilizó a 12 mil de sus ciudadanos al catalogarlos como indeseables, en la idea de pretender mejorar su raza, vendrá a reclamar a propios y extraños, el asqueroso muladar en que se ha ido convirtiendo el planeta tierra. Es imposible olvidar su mirada poderosa tras un derrame en una plataforma de PEMEX, cuando se fijó en los golfos de México, primero en el que está frente a Tamaulipas, Veracruz, Campeche y Tabasco para después dirigirse al que se aloja en el Palacio Nacional reclamando “este es el mundo que nos están dejando”.
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Luego siguió en lo suyo, cualquier cosa que sea a lo que se dedique como no implique reunir fondos para financiar proyectos comunitarios de energía autosustentable, patrocinar eventos científicos que promuevan reformas legislativas globales a favor de energías verdes o que requiera un esfuerzo más haya de faltar a clases los viernes y que otorgue resultados tangibles, medibles dirían en ingeniería.
Poco pasó con su severa reprimenda vía Twitter, tras el derrame del mes de septiembre de este año. No hubo una reacción enérgica MUNDIAL que buscara boicotear a la petrolera mexicana o empresas involucradas en el accidente, no hubo una sanción de ninguna empresa global transcontinental clienta de la paraestatal, no hubo un paro por tiempo indefinido en las escuelas de ninguna parte del mundo que reclamase al viejito que nos gobierna un mayor compromiso con el medio ambiente. No hubo un reclamo enérgico para detener la generación de energía eléctrica consumiendo combustóleo mexicano.
Lo que sí hubo en cambio fueron pedidos por miles de barriles de petróleo crudo extraído por una paraestatal al borde de la quiebra, tampoco se dejaron de consumir los más de 132 mil barriles diarios de gasolina premium de acuerdo con cifras de la empresa citada tan sólo en México, además de la emisión de CO2 y gases de efecto invernadero a lo que hay que sumar el uso de plásticos no biodegradables por todos los giros industriales. Nada de eso ocurrió.
Es cierto. Los ecosistemas de este mundo están colapsando, frente al fracaso que significa no poder abastecer las redes de suministro con energía limpia a los mercados consumidores por resultar insuficientes, el amenazante uso desmesurado de petróleo y sus derivados a lo que se suma un amor desmedido por la clase de comodidades que concede. Incluso aquellas con las que Greta vive acostumbrada, como buena ciudadana europea.