Seguramente usted ha visto en alguna calle de nuestra ciudad o en cualquiera del país letreros que dicen, palabras más, palabras menos, que le ayudan a vender o traspasar su casa, aunque tenga deuda, o que lo auxilian en un trámite ante el Infonavit.
Si lo ha visto, debe tener cuidado y ahora le cuento por qué.
En el fraccionamiento Xana de este bello puerto jarocho, justo en la casa ubicada en la calle Agua número 28, la estafa está a la orden del día.
Una persona, que pidió permanecer en el anonimato, me escribió para comentarme que le habían ofrecido esa casa, con una promesa de compra venta, pidiendo para realizar los trámites ante el Infonavit la cantidad de 5000 pesos, que incluía el avalúo.
Sin tener conocimiento que los trámites ante el Infonavit son gratuitos, cayó en las redes de esta “coyota” y le dio esa cantidad (que pidió prestada porque no la tenía) y supuestamente comenzaría el trámite.
Pasaron un par de meses y como no veía nada claro, contactó de nuevo a dicha “agente inmobiliaria”, quien le dijo que ya podía mudarse en lo que le daban los papeles para firmar ante notario y que de inmediato le harían el descuento vía nómina, pero que su puntaje no le alcanzaba para cubrir el monto total de la vivienda, por lo tenía que dar la diferencia (casi 40 mil pesos) para poder hacer uso de la misma.
Con el deseo de tener su casa propia y como junto con su esposa recibirían un bono en la empresa en la que labora, le dieron el dinero y se mudaron.
Fue el inicio de un calvario.
El dueño de la casa, un señor de apellido Aceves, les dijo que sí podrían habitarla, pero que como no quedaban los papeles en orden le tenían que pagar una renta en lo que finalizaba el tema ante el Infonavit, culpando a la pandemia del retraso en los trámites. También agregó que ya que el Infonavit realizara el papeleo, “harían cuentas y le reembolsaría” hasta el último peso de lo que pagaron de renta.
Pasó casi un año y nunca vieron nada de su crédito, incluso la coyota inmobiliaria les decía que no fueran a las oficinas porque no los iban a atender, ya que por el virus el acceso era solo por cita y esto sería hasta tres meses después.
Así se la llevaron hasta que un día la supuesta inmobiliaria les dijo que había un problema con sus datos personales y que la aclaración llevaría cerca de un año, por lo cual debían desalojar la casa “a la brevedad”.
Con evasivas y mentiras les dijo que no les podían regresar el dinero de la diferencia en los montos ni lo del avalúo, ya que ese recurso estaba en manos del Infonavit.
La sorpresa mayor se la llevaron cuando en las oficinas del instituto les dijeron que no había ningún trámite a su nombre, ni dinero, ni conocían a la persona que los había estafado.
Finalmente se fueron de ahí, pero a los pocos meses vieron que una familia se había mudado a la casa, y se acercaron a preguntar cómo la habían adquirido.
La historia se repetía: el nuevo inquilino estaba en espera de lo que dijera el Infonavit, ya había dado un anticipo, ya habían pagado el avalúo….
Por desgracia, después de esta dos familias más habían sido estafadas por esos delincuentes.
El desconocimiento en la forma de realizar un trámite ante el Infonavit hace que las personas puedan ser víctimas de un atraco por parte de estos coyotes, que mientras no los denuncien, seguirán haciendo de las suyas.
¿Qué dirán los funcionarios del Infonavit ante estos atropellos?
Quiero pensar que ningún empleado está de acuerdo con estos estafadores, porque de estarlo, la gravedad del asunto sería mayor,
Un llamado al personal del instituto para que atiendan este y muchos casos más, porque de no dar la cara se puede pensar que se está en contubernio y de malos servidores públicos estamos poco más que cansados.
Abusados.