La diferencia entre un ciego y un fanático es que el ciego sabe que no ve…
El fanatismo puede surgir en cualquier parte, pero tiene más probabilidades de prosperar en terrenos caracterizados por la ignorancia, la irracionalidad, la superstición, la obediencia ciega.
Históricamente la exacerbación aparece donde un genio se rodea de un manojo entero de no pensantes. Y es que se percibe de manera clara la zanja cavada por un grupo de diferentes industrias (medios de comunicación y sus comentaristas deportivos) y actividades, por razones en la mayoría de las ocasiones políticos económica, o por razones de fe como fueron las cruzadas en una época como lo fue el medievo.
Es cuestión de recordar como en Nuevo León desde el año dos mil los alcaldes en ese momento de Monterrey y San Nicolás se reunían para realizar una apuesta y pronostico acerca del clásico del futbol regiomontano entre los equipos de Rayados y Tigres. Hasta que se hizo común ver que algún alcalde haga una apuesta con alguna figura como lo puede ser un sacerdote o ministro de culto. O como lo hace el actual Gobernador Samuel que presta más atención a su equipo de futbol que a la sequía que ya está presente en el estado. Todo esto para provocar una distracción y ser poco o nada observados acerca de sus errores y fechorías.
El filósofo Voltaire sostenía que el fanatismo es a la superstición lo que el delirio es a la fiebre, lo que la rabia es a la cólera. El que tiene éxtasis, visiones, el que toma los sueños por realidades y sus imaginaciones por profecías es un fanático nocivo de grandes esperanzas; podrá pronto llegar a matar por el amor de Dios o por quien sienta admiración, como lo es un equipo de Futbol.
El fanatismo es el producto de la ignorancia, en parte su creación es la falta de interés de escuchar los argumentos de otros y los hechos reales, en ese preciso momento se está advirtiendo un ambiente conflictivo, tenso y de manipulación que se puede revertir si se identifican los malos hábitos de educación en una sociedad.
El apasionamiento en casi todas sus variantes exhibe a la sociedad como faltos de equilibrio, medidos y racionales, por lo tanto, debería ser de interés común el combatirlo a través de la enseñanza, ya que no debe de existir ni la menor duda de que el fanatismo está enlazado directamente con la ignorancia.
Para poder dejar de ser una sociedad apasionada e irracional y pasar a ser una comunidad con capacidad de escuchar y ser reflexiva, está bien demostrado que no es la política, mucho menos la religión, ni la economía, ni la calidad de las leyes lo que atenuara la propensión de cualquier sociedad hacia las conductas fanáticas, sino la educación.
El enciclopedista francés Diderot concluyó que solo había un paso entre el fanatismo y la barbarie, como ha sido a lo largo de la historia de la humanidad y quedo demostrado el día sábado en Querétaro. El fanatismo venga de donde venga, termina con todo. Independientemente del PRISMA con el que se vea.
Cajón de sastre: Según el detective Sherlock Holmes, en un crimen siempre habrá un perjudicado y un beneficiado, en este caso el beneficiado parece ser el hijo del presidente, ya que, debido a esta tragedia, la casa gris pasará a formar parte del olvido, los perjudicados quienes sufrieron la violencia, y por supuesto todos como sociedad.
