La Carretera Nacional se ha convertido de potencial, a problema actual que nadie resuelve, unos no pueden, otros no quieren, faltaría agregar los que no saben en los que habría que incluir a la juventud naranja del actual gobierno estatal que ni el muchachito gobernador que califican como Sami “Mattel” ni su inexperto gabinete entienden de qué se trata ante la desesperación de la población que soñó que el jovencito y su entusiasmo significarían la solución a los entuertos que padecemos.
¡Trágica ilusión!
Es constante la desesperación de los miles de automovilistas que diariamente circulan por la Carretera Nacional más los que la transitamos los fines de semana para recrear el ojo y adoptar un alivio aunque sea momentáneo de dejar de sentir que habitamos en el fatalismo del desierto que como dice la periodista Cristina Pacheco: “aquí nos tocó vivir”.
A esos avatares hay que considerar los permisos que convenencieramente autorizan las autoridades de los tres niveles a fraccionamientos, edificaciones y desarrollos inmobiliarios “engordando” su chequera sin importar el futuro, por lo pronto llegan, cobran y se van archimillonarios.
Un ejemplo es el que hasta hace no muchos años por la mencionada carretera, estaban prohibidas construcciones de más de dos pisos desde la Estanzuela hasta Santiago.
Hoy, letra muerta.
Ayer en mi acostumbrado y obligado malestar dominical antes del mediodía, de nuevo el congestionamiento vehicular por cualquier motivo, el irresponsable que circula por el carril de alta velocidad a vuelta de rueda, que suelen causar tantos accidentes como el que va como de rayo, el indeciso u olvidadizo que cambia de ruta para entrar a La Rioja, Valle Alto o el que olvidó la entrada al HEB y valiéndole madre, baja la velocidad para la compra de última hora.
Los motociclistas “ricos” de BMW y Harley Davidson o los pobres de Uber Eats que son tan incómodos tanto unos como otros entorpecen la circulación, pero falta el platillo principal, los vehículos de carga pesada, madre mía, a cualquier hora de norte a sur y a la inversa sin que nadie los detenga y hasta los “fulles” —doble caja— a exceso de velocidad para tomar Revolución o salir por Garza Sada, teniendo como testigo la unidad que está permanentemente de adorno fuera del negocio “Pletórico” sin hacer nada.
Hubo una queja por los habitantes de Santiago ya que los tráileres que no tienen “arreglo” con tránsito de Monterrey se estacionan en el acotamiento a unos metros de la entrada del Barrial, pusieron solución, pero lo corrupto de David de la Peña ordenó que no los molestaran y continúa el bloqueo donde mismo y el problema seguirá sécula seculurum.
Un percance por mínimo que sea, alcance, rozón, descompostura significa kilómetros de embotellamiento unos por falta de libertad para circular, otros por morbosidad, todos porque NO llegan las unidades de tránsito de Monterrey, ambulancias o los ajustadores de las compañías de seguros para que liberen la arteria, como ejemplo el caos que generó una unidad refrigerada de la empresa Carnes Viba del señor Villarreal Ballesteros, se volcó frente al Motel Siesta entrando a la ciudad y por negligencia o inexperiencia demoraron ¡catorce horas! Porque el dueño solicitó amablemente$$$ dejaran cambiar de caja averiada sin molestar la carga.
Una descompostura por mínima que sea es motivo para volver loca la vialidad y Luis Donaldo no es capaz de ordenar a sus corruptos agentes sindicalizados que estacionen sus motos por la salida de la Carretera Nacional junto con las grúas de Garages y Talleres de Bernabé Cortés o de Oscar Noé Zavala que se pelean la concesión cada trienio, para que lleguen en cuestión de minutos, no de horas o medios días.
Si habíamos pensado que solo Sami “Mattel” carece de experiencia y oficio, Donaldito anda por las mismas. A sufrir, no hay de otra.