No se debe de confundir información, con formación. Debe entender el gobernador Samuel, así como los alcaldes y diputados que el conocimiento no debe de comenzar por la puerta falsa de la inteligencia (si es que la hay), sino por el de los sentidos, para eso hay que tener muy afinado el tacto, la audición, la visión, el olfato y el gusto.
La historia le sirve al gobernante para revisar el pasado que ha olvidado o desconoce, esto último es lo que realmente le sucede al gobernador Samuel, para de esa manera poder hacer una comparativa real de los avances que pudiera tener, si es que los hay.
La libertad que hoy vivimos es mucho mayor que la existentes en muchos periodos de la historia. La violencia aumenta en unos campos, pero disminuye en otros; existen rezagos rezagos y deudas históricas, pero es innegable que ha habido grandes avances y mejor calidad de vida, mejor educación y más oportunidades que hace 25, 50 o 100 años.
El maestro Daniel Cossío Villegas en más de una ocasión intentó explicar el extraño y doloroso fenómeno histórico: la incapacidad de México para avanzar simultáneamente hacia la libertad política y el bienestar material para todos. La libertad individual es un fin en sí mismo, y a la vista de la historia de nuestros días, el más apremiante que pueda proponerse el individuo.
La historia también ayuda a desmentir a los políticos que quieren mostrar que su época es la mejor, la perfecta, el inicio de la luz, algo que sucederá con el joven gobernador cuando finalice el periodo para el cual fue electo. Ojalá entendiera que esa misma historia que se teje día a día ayuda a ver el camino tambaleante del arte de gobernar, que debería entender a desconfiar de los iluminados y a bajar del pedestal a los múltiples Nerones que existen en nuestro estado y municipios.
De los dos lados de la balanza han existido gobernantes mesiánicos y depresivos, apocalípticos e inconscientes, los que tienen el poder y los que usan la razón, los que solo aplauden y los que solo lloran, los que operan y los que piensan, afortunadamente la sociedad ha sobrevivido a todo este tipo de gobernantes.
Por desgracia, hasta una medida que tiene su justificación en las mejores razones sociales y morales necesita perdurar un existo social que lo sustente; no hay otra vara para medir ese éxito que le da su lucratividad. Como atinadamente expresó don Alfonso Martínez Domínguez, el éxito social siempre supera al fracaso económico.
La última circunstancia definitoria de la personalidad es la experiencia, es decir, lo que puede enseñarle a un individuo la vida que ha llevado. Hay gente que ha sido un tanto escéptica en cuanto a la capacidad del individuo, sobre todo cuando se es joven.
La vida es corta, el arte duradero; las oportunidades son fugaces; el criterio es difícil; y la experiencia engañosa. Lo que siempre se debe de evitar es el pasar de ser un joven inexperto a ser un viejo pendejo. Independientemente del PRISMA con el que se vea.
Cajón de sastre: La ciencia en México y nuestro estado es magia al igual que los individuos de ciencia, magos, parece que saber algo en la nación y el estado representa, y es, un milagro.
