Sabio refrán referente al director general en funciones de eso que llaman infierno y que dicen está bajo la tierra cuando en realidad es aquí donde vivimos y sufrimos los avatares de la sobrevivencia.
Las advertencias al joven gobernador Samuel García tanto por parte de Vicente Fox como de Diego Fernández de Ceballos algo tienen de cruz y de calvario porque independiente de su capacidad neuronal al menos del ranchero de las botas, del jefe Diego estamos convencidos que las sugerencias que se atrevieron a decirle al joven Sami después de haber metido a chirona a Jaime Rodríguez Calderón, soy uno de los convencidos que no resultará nada bueno.
Suelen decir: quiere jugar en grandes ligas y eso conlleva un riesgo, dicho de otra manera, el que se ríe se lleva y el que se lleva, se aguanta. Si quiere el jovencito ponerse en los zapatos de Rodrigo Medina, no se le recomendaría porque el bronco es un bato que habla latín, latón y lámina galvanizada.
Meterse con tipos como Heliodoro no es fácil ni recomendable, porque El Bronco sabe ser muy bueno como amigo… Pero es mejor como enemigo y no es amenaza, ni sentencia, pero sí advertencia, como recitaba aquel promocional sobre la vacunación de la polio a tus hijos: “si a ti se te olvida vacunarlos, a ellos, no se les olvidará nunca”
Partamos de la premisa que cuando Jaime andaba organizando campesinos, juntando credenciales para votar y prometiendo acciones para una campaña propia o asistida, el buen Sami Mattel apenas estaba en proyecto de venir a este mundo.
En pocas palabras, el seminarista quiere enseñarle el Padre Nuestro al señor obispo.
Creo que el joven gobernante se equivocó. Una cosa es ser candidato, diputado, subir a la tribuna de la elocuencia en el Senado para que protegido con su fuero y poder absoluto despotricar contra quien te venga en gana y una cosa muy diferente es, aparte de enfrentar los problemas de Nuevo León, abrir fuego en un juicio eleccionario contra un político de la talla del Bronco.
Circula por ahí un discurso donde Jaime Heliodoro arremete fuerte contra el aspirante -en ese entonces- a la gubernatura, donde acusa a Sami Mattel y a su padre Samuel Alejandro García Mascorro como unos de los que reconocidamente son ubicados como vendedores de facturas y por ende, defraudadores fiscales que alguien debería investigarlos.
Pero más allá de eso El Bronco destacó que la Unidad de Inteligencia Financiera de la SAT que a su vez depende de la SHCP había tardado horrores en darle trámite a la denuncia presentada y que solamente la mano de Dios podría desaparecerlo de la lista de los diez más buscados en ese difícil mundo de las obligaciones hacendarias.
Existe el principio “kafkiano” que se popularizó en el país del norte desde que encarcelaron al criminal más temido de los años cuarenta, Al Capone que fue detenido y sentenciado no por los asesinatos cometidos, sino por negarse a pagar impuestos.
Ya ve usted, la muerte… y los impuestos.
De esa dimensión es el berenjenal en el que se ha metido Samuelito el joven gobernador que de la noche a la mañana se le vino el mundo encima aceptando que ni se imaginaba lo difícil que era manejar este enorme trasatlántico y que se está dando cuenta que le falta capacidad ya que su experiencia era manejar una lancha de remos.
Aún es tiempo Samuelito, no confundas el amor con las ganas de ir al baño, piensa lo que estás haciendo y atente a las consecuencias, El Bronco no es presa fácil.