Yolanda Martínez Cadena salió de casa de su abuelita, en la colonia Constituyentes de Querétaro, municipio de San Nicolás de los Garza, también en Nuevo León a buscar trabajo. De 26 años y madre de una niña de 3 años, desapareció. Se sabe que recién había iniciado una relación con alguien conocido por Facebook y que de acuerdo con sus familiares, habría sido amenazada por él.
Si bien, no es el único ni último caso en el Estado, tampoco puede ser puesto de lado ante la enorme presión mediática existente sobre las autoridades, ya de por sí desgastadas y afectadas por una terquedad nociva de parte del Gobierno del Estado, que busca evitar promover mediante los recursos legales correspondientes, la renovación urgente de aquellas instancias responsables no solo de procurar justicia y seguridad pública, más ocupado en atender las componendas políticas que han permitido hasta hoy, mantener en sus puestos a funcionarios quienes desde hace muchos años han hecho lo que han podido con lo que han tenido a la mano por regla general, no mucho.
Basta ver las condiciones laborales en las que se desempeñan los elementos de Fuerza Civil, la ambigüedad con la que es tratado todo aquel elemento de la corporación decidido a aplicar aquello de “proteger y servir”.
Yolanda Martínez Cadena, tiene a su señor padre pegando volantes en las calles del municipio de Juárez N.L., su hija preguntando diariamente por ella y una abuela desconsolada, mientras las autoridades correspondientes buscan salir del galimatías que ha prevalecido desde la llegada del Dr. Millenial, Samuel García, quien hace ver a los saurios de viejo cuño como verdaderos modelos de eficiencia, cuando de aplicar la ley se trataba.
Desde aquí hacemos un llamado a los colectivos feministas a no olvidar a Yolanda Martínez Cadena, quien salió de casa de su abuelita, ubicada una colonia humilde, de obreros y locatarios, cuyo único pecado ha sido pertenecer a un municipio gobernado por un partido eminentemente, machista, clasista y carente de toda sensibilidad social, porque no se verá a ningún funcionario panista reclamar por el paradero de una conciudadana desaparecida.
Si así las cosas, es hora de marchar y exigir, por todos los medios al alcance, los resultados que tanto alardean, pero que ninguna autoridad ofrece puntualmente. Ya son demasiadas muertes como para seguir callando.