Ante la crisis que padecemos por la falta de agua, seguridad y movilidad, debemos proceder en forma consciente, con prudencia, paciencia y tafetán.
La prudencia es una cualidad que consiste en actuar o hablar con cuidado, de forma justa y adecuada, con cautela, moderación y sensatez. Nada más.
Ante la escasez del vital liquido tenemos que ser prudentes. Es cierto que el actual gobierno no tiene la culpa, pero su responsabilidad está siendo limitada.
El director de AyD, Juan Ignacio Barragán trabaja al 100 %. Es la verdad, como también, que lo está haciendo hasta donde su capacidad se lo permite.
Tiene varios colaboradores con ausencia de talento, sensibilidad y tacto para consensuar y evitar los bloqueos que han ocurrido en Allende y Montemorelos.
Vamos a armarnos de paciencia todos los habitantes de NL. No perder la calma ante esta delicada o grave situación. Vamos a resolverla sin alterarnos.
Vienen 45 días difíciles, con temperaturas altas en el clima, según pronósticos de los expertos. Ellos atisban en la meteorología por un milagro natural.
En la inseguridad, concedamos el beneficio de la duda jefe policial. Y en movilidad, exijamos con razonamiento que Hernán Villarreal se deje de sueños.
La tarea es pareja. Con prudencia vamos a exigirle a la autoridad. Hagámoslo en forma justa y cautela, sin bloqueos, respetando vida y libertad de los demás.
Al Samuel García sugerirle que se deje de vender ilusiones y sea realista. Si se puede, obsequiarle un trozo de tafetán que puede cubrir con un cubrebocas.
Y para AMLO, más tafetanes o “curitas” para, también, cubrir su boca y que no aproveche la crisis para exacerbar a los regios con sus odios y rencores.