¿Qué me dejó ver “A todas partes”, la nueva apuesta de Netflix?
Retomar ese deseo imperioso de hacer un viaje en coche, no en moto, de Monterrey a Valle Hermoso, de Valle Hermoso a Houston y de Houston a Dallas, para visitar a mi hermana Bertha, a quien tengo más de 10 años de no ver, de no abrazar y de no poder decirle en persona lo mucho que la quiero.
“A todas partes” es una película que invita a la reflexión y que despierta la necesidad de replantear en esta vida algunas cosas ya olvidadas, te invita a sanar viejas heridas y a gozar del presente.
El estadounidense Pedro Pablo Ibarra, (“El señor de los cielos”, “Oscuro deseo”, “A la mala” y “¡Qué despadre!”) nos receta un remake muy divertido con pequeños coqueteos de drama, muy pequeños, pero necesarios para ponerle sabor a la historia.
Tras la muerte de su padre, los dos hermanos, Gabriela, (Ana Serradilla) y Fernando, (Mauricio Ochmann) vuelven a reencontrarse para darle cristiana sepultura al difunto en cuestión.
Gabriela y Fernando tienen 15 años de no verse, así es que el encuentro, lejos de ser amable y gentil, se torna en un mar de reclamos y golpes por doquier.
Pero todo se resuelva cuando los ánimos bajan de intensidad y hurgando entre los recuerdos, caen en cuenta que ambos en su infancia habían hecho un juramento: Recorrer algunos lugares hermosos de México…¡en moto!
En esta aventura que emprenden, se dan cuenta de lo mucho que tienen en conexión y lo mucho que se aman como hermanos, pero también caen en cuenta que en este proceso del viaje tienen secretos que revelar.
Basada en la cinta alemana “25 km/h” de Markus Goller, el remake mexicano tiene sus propias adaptaciones, allá son dos hombres, en tanto acá, en la versión mexicana, es un hombre y una mujer, pero la esencia del filme extranjero se respeta en la mayor medida.
Siempre será grato ver a Ochmann en la comedia, la maneja y domina muy bien.
Porque definitivamente, el director Pedro Pablo conoce a la perfección los alcances como actor de Ochmann, esa vena que tiene para la comedia y en esta cinta le saca lo mejor de él; no es la primera vez que trabajan juntos.
Serradilla es actriz “calada”; sabe su oficio, se enamora de sus personajes y sabe sacarles jugo, ya lo demostró en gran medida en el remake de “La boda de mi mejor amigo” y ahora no es la excepción.
Su rostro impone e impacta y su talento sobresale.
Serradilla y Ochmann hacen buena química desde la primera escena y es maravilloso como se “mentan la madre” de una manera tan cómica que el insulto como tal no existe.
La música es un caso: De Alaska, Timbiriche y José José.
El resto del elenco es para disfrutarse; es grato ver a David Chocarro en un papel sexoso.
Ana Claudia Talancón, Diana Bovio, Irán Castillo, Roberto Sosa, Regina Pavón, Orlando Moguel, Fermín Martínez, Dagoberto Gama, Fernando Cuautle, Ricardo O’Farril, Norma Angélica, Ricardo Polanco, Draegon Hennessy, brillan con luz propias en escenas quizás cortas pero disfrutables y honestas.
Esta tarde o noche, hágase sus palomitas y en su sillón favorito disfrute de este viaje de autoexploración que seguro lo disfrutará tanto como yo.
En una escala de 5 al 10, “A todas partes”, que está dedicada a la memoria de don Héctor Suárez, se estrenó este 14 de febrero en Netflix, logra un 9 y bien ganado por el simple hecho de que es una película con excelente reparto que nos lleva a viajar en motocicleta a tantos lugares maravillosos de este hermoso México y eso es por demás gratificante.
