Los gobiernos a nivel global están conscientes de la necesidad de regular la inteligencia artificial (IA). Ante su acelerado avance, científicos y reconocidos especialistas urgen a los gobiernos involucrarse lo más pronto posible, para limitar alcances y prevenir riesgos.
Analistas del tema consideran que Europa es la región más avanzada en cuanto a regulaciones, al estar votando este mes una ley para la IA con el objetivo que entre en vigor este mismo año.
En EUA la regulación para la IA está aún en proceso de elaboración, y el gobierno publicó el año pasado unos principios para proteger la privacidad.
Ministros del grupo de economías desarrolladas, el G7, recientemente han discutido sobre la gobernanza global de la IA.
China ha aplicado ciertos límites a empresas de IA sobre la recolección de datos y la publicación de información.
Por otra parte, Geoffrey Hilton, considerado el “padrino de la IA”, quien hace unas semanas dejó de ser un ejecutivo de Google, advierte del peligro de que sea “imposible saber qué es verdad” debido a tanta información falsa publicada, por lo que sugiere que los gobiernos implementen a la brevedad regulaciones que consideren la falsificación de videos, audios e imágenes, como delito grave que amerite cárcel para quienes produzcan dicho material y no especifiquen claramente que fue elaborado con IA. Añade que “los videos falsos son tan buenos para manipular al electorado, que se necesita que todos sean marcados como falsos, de lo contrario perderemos la democracia”. Refiere también que las autoridades de todos los gobiernos quieren evitar que una especie de “superinteligencia se apodere de la gente”, por lo que desde esa perspectiva, pudiera haber cooperación global.
Mi análisis y prospectiva: Todas las potencias quieren ser líderes en IA, y también todas las potencias saben que deben controlar su desarrollo para no perder el control de dicha tecnología. Por ello, a nivel global se requiere que los gobiernos apliquen una “vía rápida” (“fast-track” en inglés) a la regulación de la IA.
Un riesgo inmediato que pronto puede surgir, es la utilización de la IA en las próximas campañas políticas en EUA y México. La tecnología para elaborar información, videos, imágenes, y audios falsos está prácticamente al alcance de los interesados en realizarlos de manera profesional. Una vez publicados pueden viralizarse y generan efectos negativos aún y cuando se desmienten.
La IA además de ser una evolución de la tecnología, es un factor con potencial transformador, lo cual implica que los reguladores deben pronosticar escenarios de dichos efectos transformadores, para poder definir los límites necesarios. Esto representa un mayor grado de complejidad, ya que se pretende evitar los efectos negativos, sin desincentivar el desarrollo y avance de los potenciales beneficios. Para que la regulación sea efectiva, no puede basarse en un contexto nacional, sino en uno global con un grado de homogeneidad suficiente para contener y limitar los riesgos, y con la flexibilidad de mayor -mas no menor- regulación a nivel local para los países que así lo determinen.
Es indispensable alcanzar un acuerdo multilateral de gobiernos, y multisectorial de empresas, que incluya la participación continua y total de las compañías de IA más avanzadas, junto con las plataformas que publican lo generado por la IA; es decir, las redes sociales con alcance global. Para ello, solamente organismos como las Naciones Unidas, o por lo menos el G20, pudieran servir para una rápida definición e implementación regulatoria internacional; de lo contrario, la temática se convertirá en otro aspecto adicional en la división, competencia y animadversión entre potencias globales.
