De un tiempo a la fecha en la MFL han venido apareciendo los llamados Consejos en diversos clubes, convirtiéndose en un dolor de cabeza para la mayoría de dichas organizaciones deportivas.
En su creación, hace poco más de 12 años, la MFL daba la impresión de que sería una liga diferente a la ya desaparecida AFAIM, pero hoy el camino parece torcerse desde los mismos clubes y uno de los principales factores que provocan la emigración de familias completas es el maltrato a los padres por parte de directivos a través de sus Consejos.
Estos pequeños grupos de ex–presidentes, quienes tuvieron la oportunidad de dirigir un club donde podía llevar a cabo sus propuestas y programas, han regresado a tomar el control de estos espacios infantiles y en la mayoría de ellos se consideran como los amos y señores del lugar dejando a un lado las decisiones de los que verdaderamente sostienen a un club como lo son los padres.
Así es señores, el formar de un tiempo a la fecha Consejos por todos los rumbos dejó sin derecho a definir el camino de un club a los padres, quienes son el motor de toda organización deportiva bajo el argumento que ellos con su “ experiencia “ pueden tomar mejores decisiones, lo cual queda en duda, ya que en lugar de mejorar el ambiente en el campo , por lo regular lo empeoran , convirtiendo a la organización en un coto de poder donde la presidencia pasa de mano en mano entre amigos y familiares.
Los tiempos en que se viven hoy en día no están para tener Consejos, muchos menos para que entre ellos, que por lo general son grupos de cinco a 10 personas o un poco más, impongan su voluntad so pena de ser expulsado el padre de familia que se oponga a sus determinaciones, y que hacen estas familias, emigrar a otro club en donde por lo general les va mejor.
Cuidado señores, porque los padres tienen derechos, así como les imponen sus obligaciones desde que llegan, también van a exigir el trato justo, pero sobre todo, el poder opinar y ser tomados en cuenta para los planes, proyectos y crecimiento del club al que llevaron con gusto a sus hijos. Ya no son tiempos de imposiciones, sino de consultas, de consenso, de un trabajo en equipo, donde el padre y la madre de familia son y serán siempre importantes.
Ojalá y lo entiendan los directivos, porque si no el futuro de su club puede estar en problemas.
