A medida que las tecnologías y capacidades de inteligencia artificial (IA) continúan avanzando, los gobiernos procuran definir los límites y llegar a acuerdos sobre cómo regularla y controlarla.
A finales del mes pasado, el presidente de EUA se reunió con siete compañías líderes de tecnología relacionadas con la IA, incluyendo OpenAI –creadora de ChatGPT–, además de Microsoft, Google, Meta, Amazon, Anthropic, e Inflection. Dichas compañías se comprometieron a desarrollar e incluir una “huella de agua” en todo el contenido de texto, audio, y video que generen a través de sus herramientas de IA, con el fin de evitar que los videos “deepfake” (imágenes y audio con alto grado de similitud a lo original) y la desinformación, confunda y engañe a la sociedad, además del potencial riesgo de su viralización.
Además, las compañías voluntariamente se comprometieron a realizar pruebas internas y externas a sus sistemas de IA, previo a su lanzamiento generalizado; invertir más en ciberseguridad; así como compartir información dentro de la industria para reducir riesgos.
De forma paralela, EUA y la Unión Europea han estado colaborando en el desarrollo de un código de conducta voluntario para la IA, el cual ya se discute también en el grupo llamado “G7” de las grandes economías desarrolladas y democráticas del mundo. Su implementación, planeada para finales de este mismo año, consistiría en establecer estándares para auditoría y transparencia de riesgos de IA, bajo un esquema multilateral no vinculante. Inclusive, ya han invitado a otros países a sumarse, lo cual ayudaría posteriormente para la conformación de legislación en los países.
Por otra parte, respecto a los avances de otras potencias, en China entrarán en vigor a partir del día 15 de agosto, los nuevos lineamientos y requerimientos para los sistemas de IA definidos por el gobierno.
Mi análisis y prospectiva: La reunión del presidente de EUA con la mayoría de las principales empresas tecnológicas significa que el control y la regulación de la IA es un tema de prioridad para el cual es necesario prevenir y actuar a la brevedad.
No se descarta que al presidente de EUA le preocupa también los múltiples y variados esfuerzos de desinformación y videos falsos que la IA sin control puede generar en las próximas elecciones presidenciales, en las cuales él mismo participará. La reunión seguramente sirvió también para reflexionar y proponer en conjunto ideas para una legislación que permita la continuidad del desarrollo de la IA, sin incrementar la facilidad para generar desinformación y fraude. Aunque la probabilidad es alta de que cierto tipo de lineamientos básicos entre los países del G7 –y otros más–, sean implementados este mismo año, persiste aún una división global donde otras potencias no se sumarán a este esfuerzo y definirán sus propias reglas, o no implementarán ninguna todavía.
De ser así, continúa el riego latente de esfuerzos externos, ya sea liderados por gobiernos o grupos adversarios, de utilizar la IA para manipular y engañar en procesos electorales. Vale la pena recordar que en EUA se ha mantenido el debate del supuesto esfuerzo de desinformación y manipulación por parte de Rusia, durante las anteriores elecciones presidenciales.
Por lo anterior, es un avance positivo que las principales empresas de IA estadounidenses se comprometan a colaborar para reducir la confusión y desinformación, mas por lo pronto, la amenaza de tecnologías de IA de otros países, que pueden hacer lo mismo, persiste.
