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El Incidente Zeta Reticuli. #LosExpedientesDeWelitoBetto

El primer reporte de una abducción que se hizo público ampliamente, fue el de los esposos Barney y Betty Hill de los Estados Unidos. La pareja era un raro matrimonio “interracial” que eran muy poco y mal vistos en la época de segregación racial explícita del sigo XX gringo. Él era empleado postal y ella Trabajadora Social y vivían en  Portsmouth, New Hampshire.

El 21 de septiembre de 1961, Betty telefoneó a la Base de la Fuerza Aérea Pease para informar sobre un encuentro con los ovnis, aunque por temor a ser etiquetada como excéntrica, retuvo algunos de los detalles. El 22 de septiembre, el mayor Paul W. Henderson telefoneó a los Hill para una entrevista más detallada.

La noche del 19 de septiembre, los HIll regresaban a Portsmouth de unas vacaciones en las Cataratas del Niágara y Montreal. Justo al sur de Lancaster, NH, mientras Barney manejaba por la Ruta 3, Betty afirmó haber observado un punto brillante de luz en el cielo que se movía desde debajo de la luna y el planeta Júpiter, hacia el oeste de la luna, si bien primero pensó que estaba observando una estrella fugaz, luego reaccionó ya que se movía hacia arriba, lo que no correspondía a un meteorito. Como se movía erráticamente y se hacía más grande y brillante, Betty pidió a Barney detener el auto para verlo más de cerca, así como a pasear a su perro. Barney se detuvo en un área de picnic al sur de Twin Mountain. Betty, vio a través de binoculares una nave de «forma extraña» que destellaba con luces multicolores y se movía a través de la cara de la Luna, como una hermana suya había dicho varios años antes que había visto un platillo volador, Betty pensó que eso podría ser lo que estaba observando. Cuando Barney vio por los binoculares le dijo que posiblemente era un avión comercial que viajaba hacia Vermont camino a Montreal. Sin embargo, pronto cambió de opinión, porque sin haber visto que hubiera girado, la nave descendió rápidamente en su dirección. Asustados, rápidamente regresaron al auto y se dirigieron hacia Franconia Notch, un estrecho y montañoso tramo de la carretera.

En un determinado punto, el objeto pasó por encima de un restaurante y una torre de señales en la cima de Cannon Mountain y salió cerca de una formación rocosa conocida como “El Viejo de la Montaña” por parecer un perfil de un anciano, y, según Betty, el aparato tenía como una vez y media la longitud del perfil (que mide 12 m) y parecía estar girando.

Aproximadamente una milla al sur de la formación “Cabeza de Indio”, el objeto descendió rápidamente hacia su carro (un Chevrolet Bel Air 1957). Barney se detuvo en medio de la carretera. Calculó que la nave flotaba aproximadamente a 24–30 m (según unos testimonios) o 15–24 m (según otros de él mismo) y a 90 m de distancia de él. Llevando su pistola en el bolsillo, se alejó del vehículo y se acercó al objeto. Usando los binoculares, Barney afirmó haber visto de 8 a 11 figuras humanoides, que parecían verlo por las ventanas de la nave, con uniformes negros brillantes y gorras negras. Las luces rojas comenzaron a desviarse a los lados de la nave, y una larga estructura descendió desde el fondo de la nave. Barney casi aventó los binoculares y corrió de regreso al carro, casi histérico, gritándole a Betty: «¡Nos van a capturar!» Vio que el objeto se movió directamente sobre el vehículo y arrancó a gran velocidad. Casi de inmediato, oyeron una serie rítmica de pitidos o zumbidos, que dijeron que parecían rebotar en la cajuela de su vehículo. El auto vibró y una sensación de hormigueo atravesó sus cuerpos y, según dijeron, experimentaron un estado alterado que dejó sus mentes aturdidas; una segunda serie de pitidos o zumbidos los devolvió a la plena conciencia. Se dieron cuenta que ya habían viajado casi 60 km al sur, pero que solo tenían recuerdos vagos e irregulares de esta sección del camino. Recordaron haber hecho un giro repentino y no planificado, encontrarse con un obstáculo en el camino y observar una esfera ardiente en el camino.

Al llegar a su casa al amanecer, tuvieron algunas sensaciones extrañas e impulsos que no podían explicar: Betty insistió en que su equipaje se mantuviera cerca de la puerta trasera en lugar de en la parte principal de la casa. Sus relojes nunca volverían a funcionar. Barney dijo que la correa de cuero para los binoculares estaba rota, aunque no podía recordar que se hubiera roto. Las puntas de sus mejores zapatos de vestir estaban raspadas. Barney dice que sintió necesidad de examinar sus genitales en el baño, aunque no encontró nada inusual. Tomaron duchas largas para eliminar la posible contaminación y cada uno trató de dibujar una imagen de lo que habían visto.

Después de dormir unas horas, Betty se despertó y colocó los zapatos y la ropa que había usado durante el viaje en su closet, observando que el vestido estaba raspado de la bastilla, el zipper y el forro. Más tarde, cuando volvió por la ropa notó un polvo color rosa en su vestido, pero al colgarlo en el tendedero, el polvo rosa desapareció. Como vio que el vestido estaba muy dañado, lo tiró, pero luego cambió de opinión, recuperó el vestido y lo colgó nuevamente en su armario.

Barney y Betty hallaron círculos brillantes y concéntricos en la cajuela de su auto que no habían visto el día anterior, y al experimentar con una brújula, si la acercaban a los puntos, la aguja giraba rápidamente. Pero cuando lo movían a unos centímetros de los puntos brillantes, regresaba. Cuando hicieron recuento de su viaje se dieron cuenta que aunque normalmente tardarían de 3 y media a cuatro horas, habían hecho 7, pero no recordaban haber perdido tanto tiempo.

El reporte del  mayor Paul W. Henderson, fechado el 26 de septiembre, determinó que los Hill probablemente habían identificado erróneamente el planeta Júpiter. Su informe fue enviado al Proyecto Libro Azul, el proyecto de investigación de ovnis de la Fuerza Aérea de EE. UU.

A los pocos días, Betty sacó un libro de ovnis prestado de una biblioteca local, por el comandante retirado del Cuerpo de Marines Donald E. Keyhoe, quien también era el jefe de NICAP, un grupo civil de investigación de ovnis. El 26 de septiembre, Betty le escribió a Keyhoe. Relató la historia completa, incluidos los detalles sobre las figuras humanoides que Barney había observado a través de binoculares. Betty escribió que ella y Barney estaban considerando la hipnosis para ayudar a recordar lo que había sucedido. Su carta finalmente se pasó a Walter N. Webb, un astrónomo de Boston y miembro de NICAP, que se reunió con los Hill el 21 de octubre. En una entrevista de seis horas, los Hill relataron todo lo que podían recordar del encuentro. Barney afirmó que había desarrollado una especie de «bloqueo mental» y que sospechaba que había algunas partes del evento que no deseaba recordar. Describió en detalle todo lo que podía recordar sobre la nave y la apariencia de las figuras «de alguna manera no humanas» a bordo de la nave. Webb declaró que «estaban diciendo la verdad y el incidente probablemente ocurrió exactamente como se informó, excepto por algunas incertidumbres menores y tecnicismos que deben ser tolerados en cualquier observación en la que esté involucrado el juicio humano (por ejemplo, tiempo exacto y duración de visibilidad, tamaños aparentes objeto y ocupantes, distancia y altura del objeto, etc.)”.

Diez días después del supuesto encuentro con los ovnis, Betty comenzó a tener una serie de sueños vívidos durante cinco noches consecutivas, que se detuvieron abruptamente después de la quinta noche y nunca regresaron. En noviembre de 1961, Betty comenzó a escribir los detalles de sus sueños. En uno de ellos, uno hombres rodearon su automóvil, ella perdió el conocimiento, y al recuperarlo se dio cuenta de que dos hombres pequeños la estaban obligando a caminar en un bosque durante la noche y vio a Barney caminando detrás de ella, aunque cuando lo llamó, él parecía estar en trance o sonámbulo. Los hombres medían entre 1.50m y 1.60m de alto, y vestían uniformes azules a juego, con gorras similares a las que usan los cadetes militares. Parecían casi humanos, con cabello negro, ojos oscuros, narices prominentes y labios azulados. Su piel era de color grisáceo. Entonces un hombre similar a los demás le dijo que le harían un examen, tenía una actitud agradable y tranquila. Aunque los hombres le hablaron en inglés, el dominio del idioma por parte del examinador parecía imperfecto y ella tuvo dificultades para entenderlo. La sentó en una silla y una luz brillante brilló sobre su cabeza. El hombre cortó un mechón de cabello de Betty, examinó sus ojos, oídos, boca, dientes, garganta y manos y guardó recortes de sus uñas. Después de examinar sus piernas y pies, el hombre usó un cuchillo sin filo, similar a un abrecartas, para raspar parte de su piel en lo que parecía un celofán. Luego empujó una aguja en su ombligo, lo que le causó un dolor agonizante a Betty, pero el líder agitó la mano frente a sus ojos y el dolor desapareció.

El 3 de marzo de 1963, Los Hill hablaron por primera vez en público del encuentro ovni con un grupo en su iglesia. El 7 de septiembre del mismo año, el Capitán Swett dio una conferencia formal sobre hipnosis en una reunión en la Iglesia Unitaria. Después de la conferencia, los Hill le dijeron que Barney iba a un psiquiatra, un tal Mr. Stephens, en quien confiaba. El Capitán Swett sugirió que Barney le preguntara a Stephens sobre el uso de la hipnosis en su caso. Cuando Barney se reunió con Stephens, le preguntó sobre la hipnosis y éste lo refirió con Benjamin Simon de Boston, a quien los Hill conocieron el 14 de diciembre. Desde el principio, Simon descartó la hipótesis extraterrestre como imposible, le pareció obvio que los Hill realmente pensaban que habían visto un OVNI con ocupantes similares a los humanos. Simon esperaba descubrir más sobre la experiencia a través de la hipnosis. Las sesiones iniciaron el 4 de enero de 1964, hipnotizando a Betty y Barney varias veces cada una hasta el 6 de junio de 1964 por separado, para que no pudieran escuchar los recuerdos del otro.

Barney describió a los seres similares al recuerdo hipnótico (no al de sueños) de Betty; a menudo lo miraban a los ojos, dijo Barney, con un efecto aterrador y fascinante. A diferencia de Betty, la narración del examen de Barney fue menos detallada, ya tuvo los ojos cerrados durante la mayor parte del examen. Le colocaron un dispositivo en forma de copa sobre sus genitales y aunque no experimentó ningún orgasmo, pensó que se había tomado una muestra de esperma. Le rasparon la piel y lo auscultaron por los oídos y la boca, le insertaron un tubo o cilindro delgado en su ano y sintió que alguien parecía estar contando sus vértebras.

Bajo hipnosis, el relato de Betty fue similar a los cinco sueños sobre el secuestro de ovnis, pero también hubo diferencias notables, principalmente las relacionadas con su captura y liberación, la tecnología en la nave era diferente, los hombres tenían una apariencia física significativamente diferente de la de sus sueños. El orden de los eventos de secuestro también fue diferente del relato soñado de Betty. Simon sugirió a Betty que dibujara una copia del «mapa estelar» que había visto, algo que ella hizo finalmente, aunque dijo que el mapa tenía muchas estrellas, solo dibujó las que destacaban en su memoria, unas doce “estrellas” conectadas por líneas y  otras tres que formaban un triángulo distintivo. Relató que le dijeron que las estrellas conectadas por líneas continuas formaban «rutas comerciales», mientras que las líneas discontinuas eran hacia estrellas menos transitadas.

Después de las sesiones de hipnosis, Simon especuló que el recuerdo de Barney del encuentro con los ovnis era posiblemente una fantasía inspirada en los sueños de Betty. Aunque los Hill y Simon no estaban de acuerdo sobre la naturaleza del caso, todos coincidieron en que las sesiones de hipnosis fueron efectivas: los Hill ya no estaban atormentados por la ansiedad sobre su experiencia. Posteriormente, Simon escribió un artículo sobre los Hill para la revista Psychiatric Opinion, explicando sus conclusiones de que el caso era una aberración psicológica singular.

Los Hill volvieron a sus vidas normales, estaban dispuestos a platicar el supuesto encuentro ovni con amigos, familiares y algún investigador ocasional de ovnis, pero aparentemente no hicieron ningún esfuerzo por buscar publicidad.

El 25 de octubre de 1965, una noticia de primera plana en el Boston Traveler preguntaba «OVNIS espeluznantes: ¿abdujeron una pareja?» el reportero Luttrell decía haber conseguido las grabaciones de los Hill en las hipnosis con Simon, así como notas de entrevistas confidenciales que los Hill habían dado a investigadores de ovnis. El 26 de octubre, United Press International (UPI) retomó la historia de Luttrell, y los Hill ganaron atención internacional.

En 1966, el escritor John G. Fuller con la cooperación de los Hill y Simon y escribió el libro “The Interrupted Journey” sobre el caso. El libro incluía una copia del bosquejo de Betty del «mapa estelar». El libro fue un éxito rápidamente y pasó por varias impresiones.

En 1968, Marjorie Fish de Oak Harbor, Ohio, maestra de escuela primaria y astrónoma aficionada, leyó el libro de Fuller, e intrigada por el «mapa estelar», se preguntó si podría «descifrarse» para determinar de qué sistema estelar provenía el OVNI. Suponiendo que una de las quince estrellas en el mapa debe representar el Sol de la Tierra, Fish construyó un modelo tridimensional de estrellas cercanas al Sol usando hilos y cuentas, basando distancias estelares en las publicadas en el Catálogo de Estrellas “Gliese” de 1969 y, según ella, el único que parecía coincidir con el mapa de Hill era desde el punto de vista del sistema de estrella doble “Zeta Reticuli”; envió su análisis a Walter N. Webb quienenvió el mapa a Terence Dickinson, editor de la popular revista Astronomy. Dickinson no apoyó las conclusiones de Fish y Webb, pero por primera vez en la historia de la revista, Astronomy invitó a comentarios y debates sobre un informe de ovnis, comenzando con un artículo de apertura en la edición de diciembre de 1974. Un año después, la página de opiniones de Astronomía contenía argumentos a favor y en contra del mapa estelar de Fish. Cabe destacar un argumento hecho por Carl Sagan y Steven Soter, argumentando que el aparente «mapa estelar» era poco más que una serie aleatoria de puntos. En un episodio de Cosmos en 1980, Sagan demostró que sin las líneas dibujadas en los mapas, el mapa de Hill no se parecía al mapa de la vida real. En contraste, David Saunders, un estadístico que había estado en el estudio OVNI “Condon” de la Universidad de Colorado, argumentó que la alineación inusual de estrellas clave similares al Sol en un plano centrado alrededor de Zeta Reticuli era “estadísticamente improbable” de haber sucedido por casualidad.

En su artículo de 1990 «Enteramente sin predisposiciones», Martin Kottmeyer sugirió que los recuerdos de Barney revelados bajo hipnosis podrían haber sido influenciados por un episodio del programa de televisión de ciencia ficción “The Outer Limits” (en México “Rumbo a lo desconocido”), titulado «The Bellero Shield», que se transmitió unas dos semanas antes de la primera sesión hipnótica de Barney. El episodio presentó a un extraterrestre con ojos grandes que dice: «En todos los universos, en todas las unidades más allá de los universos, todos los que tienen ojos, tienen ojos que hablan». El informe de la regresión presentó un escenario similar en algunos aspectos al programa de televisión.

Barney murió de una hemorragia cerebral el 25 de febrero de 1969, a los 46 años. Posteriormente Betty afirmó haber visto ovnis varias veces después del secuestro inicial, y se convirtió en una celebridad en la comunidad ovni; murió de cáncer el 17 de octubre de 2004, a los 85 años. Su archivo personal es resguardado por la Universidad de New Hampshire

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