Por José Alberto Rodríguez Ramírez
Oskar Linke, nacido en Wroclaw en 1901 y pintor de profesión, sirvió en la Marina en la Segunda Guerra Mundial. Después de 1945 se convirtió en alcalde del pequeño pueblo de Gleimershausen en el sur de Turingia. Está casado, y con su esposa tiene una hija, Gabriele, nacida en Stettin en septiembre de 1939. Acostumbra ir a cazar jabalíes con los oficiales y tiene acceso a un teléfono, raro en la época, y una decrépita motocicleta NSU de servicio.
El 16 de junio de 1950, un viernes, acude por la noche a una conferencia en un pueblo vecino, llevando a Gabriele en el asiento trasero. La visita se prolongó y se extendió con la cena y una que otra bebida. Cuando Oskar Linke y su hija salen de casa, ya es la madrugada del sábado 17 de junio. Como es de suponer, la NSU falla y el alcalde tiene que empujar la motocicleta. A las dos y media, o tal vez un poco más tarde, los Linke están a medio camino entre Hasselbach y Gleimershausen, cuando algo sucede.
Aquí la narración hecha al diario «Nachtdepesche» en Berlín el 15 de agosto de 1952:
“Estábamos, Gabriele y yo, en marcha con la motocicleta el 17. Junio de 1950. Era de noche y ya se podía percibir el comienzo del amanecer. Como tuvimos una falla mecánica, nos vimos obligados a empujar la motocicleta entre los pueblos de Hasselbach y Gleimerhausen”.
“Gabriele me dijo:
«-Mira papá, dos ciervos en el prado
“-Quizá tengan bebés y podríamos atrapar uno», respondí
“Y entonces me acerqué al grupo.
“Gabriele se quedó con la motocicleta en la carretera, a una distancia de aproximadamente 150 metros de los ciervos.
“Al atravesar un matorral y acercarme hasta 80 metros, me di cuenta de que no había ciervos, sino dos figuras humanas. Llevaban trajes gruesos, similares a los de los investigadores polares. Pensé que eran rusos, así que me quedé quieto.
“Me moví hacia un lado detrás de un montecito y pude notar una estructura extraña. Parecía una gran bolsa de agua caliente, de zinc. Calculé que tenía 15 metros de largo y 2.5 metros de alto. Todo el objeto brillaba de forma metálica.
“A un lado había aberturas o hendiduras. Sobre la bolsa de agua caliente había una tapa cilíndrica, que tenía quizás 2.5 metros de altura.
“Asegurémonos, me dije, y observé a los hombres que se comunicaban por gesticulación, así como por algún dispositivo extraño.
“Durante todo el tiempo, Gabriele estuvo sola en la carretera.
«-Me asusté y llamé a mi padre», dijo Gabriele.
«Entonces escuché un ruido muy fuerte en el prado y vi cómo un disco en llamas voló en el aire y desapareció en dirección a Hildburghausen».
«Cuando Gabriele gritó, ambos hombres regresaron a toda prisa al dispositivo. Luego vi cómo el cilindro se hundió y apareció en el lado inferior de la bolsa de agua caliente, mientras el dispositivo se elevaba.
“Entonces se escuchó como un tono de teléfono, que de repente aulló como una sirena de niebla.
“La bolsa de agua caliente brillaba y brillaba. Ahora vi que era redondo, mientras que antes me parecía que tenía una forma alargada, y además, sin duda, giraba. Se generó una fuerte corriente de aire frío para que los trigales en un campo cercano se doblaran y cayeran.
“El cilindro volvió a su posición anterior y la bolsa de caliente, que ahora parecía un disco brillantemente iluminado, flotaba libremente en el aire.
“Luego, de repente, ascendió a gran velocidad y abruptamente hacia las alturas del cielo, por lo que escuché varias veces un vago golpe.
“Como la tenía a simple vista, tal vez, era del tamaño del disco lunar, voló verticalmente en dirección a Hildburghausen y Koburg.
“Calculé que su velocidad era de 1600 km / h «.
“Oskar Linke agregó que el «cometa» fue el tema de discusión de toda la aldea al día siguiente: un pastor y un observador habían visto el fenómeno en el aire.
“No sabían nada de mis observaciones. No dije nada, quizás podrías entender por qué. No estoy particularmente entusiasmado con la perspectiva de someterme a interrogatorios un año … «
En abril de 1951, Oskar Linke escapó de la RDA con su esposa y sus cuatro hijos y se estableció en Berlín Occidental. El 1 de julio de 1952, fue a un notario llamado Oskar Krause y depositó una declaración en la que describió nuevamente el avistamiento de ovnis. De ahí la historia llega a la prensa y aparece el 6 de julio en el tabloide londinense «Sunday Graphic»; en los Estados Unidos, la distribuyen las agencias UPI y NANA (North American Newspaper Alliance). Al final, también llegó al servicio secreto de la CIA supuestamente con una copia de un periódico griego y del archivo del proyecto del Libro Azul. Y hasta agosto aparece en el diario berlinés «Nachtdepesche» la entrevista que aquí reproducimos con el dibujo que también reproducimos.
La pregunta es, ¿qué hace que Oskar Linke lo haga público hasta ese verano, dos años después? Su hija no supo responder a una entrevista en 1980 porque ya no recordaba las conversaciones en el círculo familiar. Es posible que haya influido el famoso largometraje ovni «El día que la tierra se detuvo», que comenzó a exhibir e principios de mayo de 1952 en la República Federal y Berlín Occidental, y aunque Linke rara vez iba al cine en ese tiempo, podría haber leído artículos periodísticos sobre la película.
La ahora Sra. Linke, por otro lado, recuerda bastante bien el rodaje de un clip de película que apareció en 1952 en el documental estadounidense «The Flying Saucer Mystery». El productor es Telenews, que está conectado a la cadena de periódicos Hearst y suministra a las estaciones de televisión estadounidenses material actualizado. El documental, que dura más de doce minutos, está disponible en YouTube https://youtu.be/w-gobjVfFiQ?t=314 , y los Linke se pueden ver desde el minuto 5:15.
El punto débil del caso son las formas humanoides y la extraña construcción de baja tecnología del objeto, incluido el cilindro móvil. En vista de la hora en que lo ve, a partir de la noche a partir de las 2:30 a.m., las condiciones de iluminación también debieron verificarse, ya que dice que empezaba el amanecer cuando el sol salió ese día a las 5:44 a.m.
Durante una visita el 21 de octubre de 2014, Gabriele Linke, en la mañana del 17 de junio de 1950, confirmó que vio con sus propios ojos el objeto descubierto por su padre, parecido a una bolsa de agua caliente, al comienzo y en el vuelo, era redondo, brillante y ruidoso, y el recuerdo estaba presente en la memoria. No le pareció una sensación especial, sino casi algo normal: en la Segunda Guerra Mundial habría visto un avión estrellarse. Todavía conservaba una copia del artículo del » Nachtdepesche» de 1952 y no tiene literatura sobre ovnis, solo la correspondencia con CENAP (Centralen Erforschungs-Netz außergewöhnlicher Himmels-Phänomene = Red Central de Investigación de Fenómenos Celestes Extraordinarios) de la década de 1980, que no condujo a ningún resultado de investigación. Gabriele Linke estaba lúcida mentalmente y se veía más joven que sus 75 años, y toma una distancia casi irónica sobre el tema OVNI, lleva años casada y ahora lleva el apellido de su marido, aunque en este tema siempre pide que se use su apellido de soltera en el texto.
Recientemente la CIA ha publicado este caso como el número 1 recomendado por ellos para los “creyentes” del fenómeno OVNI.
