Concluyó el primer mes de la campaña presidencial y ayer domingo 7 de abril se llevó a cabo el primer debate, donde las candidatas y el candidato finalmente estuvieron frente a frente para exponer sus propuestas y sobre todo, para atacarse.
Vale la pena mencionar que los tres presidenciables llegan con una percepción ante el electorado y unas preferencias entre el mismo que se han reflejado en las encuestas, que perfilan a Claudia Sheinbaum como la posible ganadora de las elecciones que tendrán lugar el próximo 2 de junio.
La mención de esta preferencia electoral tiene un motivo: influye, para bien o para mal, tanto en el ánimo de los espectadores como en los candidatos.
Y así, pudimos ver a una candidata morenista muy en su papel de ganadora, muy firme en sus respuestas y sin caer en las provocaciones de Xóchitl Gálvez, que la atacó en al menos veintiocho ocasiones y la bautizó como “la dama de hielo”, mote que desde anoche es tendencia en redes sociales y estoy segura la marcará en el resto de la contienda.
Claudia no podía portarse de otra manera. La tiene fácil pero difícil a la vez pues sabe que un solo tropiezo hará que se la coman viva no solo el electorado, sino lo voraces comentócratas que solo esperan verla caer y que hoy casi de forma unánime le dan el triunfo, al menos en el debate de ayer.
Con sorpresa vemos plumas como la de Carlos Loret de Mola, principal opositor al obradorismo, proclamar ganadora a Claudia e incluso a Jesús Silva-Herzog Márquez declarando que Sheinbaum ganó porque supo torear las acusaciones y no cometió errores.
Por su parte la candidata de Fuerza y corazón por México, Xóchitl se mostró nerviosa desde el principio e incluso trastabilló, desaprovechando la oportunidad de oro de abrir un discurso en forma contundente y abordar sus propuestas.
Sabíamos que el propósito de Gálvez sería denostar a Sheinbaum, pero en honor a la verdad, nos quedó a deber.
Los estrategas de la panista le siguen jugando chueco y les falta asesorarla y pulirla, porque propuestas trae, pero se pierden en el abismo de los ataques, que como la Ley del Bumerang se le regresan y termina cometiendo aún más errores.
A Gálvez la vimos leer sus tarjetas, responder con molestia y remató tomando una bandera de México con el águila al revés, propiciando infinidad de memes en redes sociales.
Más allá de lo anecdótico este primer debate tiene un ingrediente más: los indecisos pueden ir perfilando su preferencia en la elección para saber por quién tachar la boleta, pues el número de indecisos a estas alturas aún es muy grande.
Finalmente, el tercer candidato Jorge Álvarez Máynez tampoco nos sorprendió. ¿Por qué debería hacerlo si es en realidad un personaje ausente?
La perorata de que hay que acabar con lo viejo es la tónica de su discurso y anoche de pilón se dedicó a atacar a Xóchitl Gálvez y a Claudia, aunque a ésta en menor medida.
La rumorología dice que Máynez abandonará la contienda en el último jalón para declinar en favor de Sheinbaum. ¿Será?
Por lo pronto, aunque en realidad en un debate nadie gana y nadie pierde (aunque todos se dicen ganadores) este tipo de eventos son indispensables para que quienes aspiran a ganar la presidencia demuestren en forma contundente por qué serán la mejor opción o por qué su propuesta de gobierno es la mejor.
En este sentido los tres candidatos nos quedaron a deber. Falta civilidad para dejar “el hígado” a un lado y proponer sin denostar.
El siguiente debate será el próximo 28 de abril.Veremos entonces si algo mejora.