Los laguneros estamos acostumbrados a los deliciosos sabores de chicharrón, deshebrada, frijolitos con queso y demás suculentas gorditas de lugares tradicionales como La Pestaña o Las Majaderas.
Sin embargo, recientemente el ambiente ha sido invadido por un olor medio nauseabundo, que parece salir de las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia de Coahuila.
Todo apunta a que en esta entidad norestense, la justicia NO es gratuita, ni mucho menos expedita. Peor aún, pareciera que tiene trato privilegiado, cual exclusivo restaurante en el Paseo Colón.
Vaya, los hechos recientes sugieren que la justicia en Coahuila es «exclusiva» y privilegia la frase célebre del orgullo de Los Herrera, Nuevo León, Eulalio González «Piporro»: «With The Money Dancing The Dog».
Le explico por qué huele mal el tema de la impartición de la justicia:
Como bien lo han señalado editorialistas nacionales: ¿Cómo diablos se puede explicar el desorden que hay en Torreón con el conflicto del Grupo Simsa, una empresa de «Bros» con mucha influencia en el sector energético de México, al mantener en prisión a un empresario con un dudoso proceso judicial?
El sistema judicial de Coahuila está quedando en entredicho en momentos en los que el gobernador Manolo Jiménez, lo que menos necesita, son más «fierros en la lumbre» de la hoguera política.
Abundan las evidencias de los supuestos manejos turbios para mantener en prisión a Arturo Gómez Lara, presidente de EON Energy, por más de ocho meses en el Cereso de Torreón, utilizando las influencias del Grupo Simsa en la esfera judicial.
Conviene recalcar que este grupo (Simsa) goza de mucha influencia en el sector energético mexicano, en lo que se refiere a la distribución de gas natural y, recientemente, incursionó también en el sector eléctrico al formar la empresa Generación Industrial.
No pretendo quitarle su tiempo con argumentos legaloides, sin embargo, este es un tema que entre los laguneros «roba» la conversación en cualquier «mentidero político», es decir, en cualquier café en el que el café y la grilla se privilegian sobre todo lo demás.
Este enfrentamiento legal entre Generación Industrial y EON Energy ha despertado el sospechosismo entre los «hombres de leyes» laguneros, por el «olor» cada vez más fuerte a tráfico de influencias y violaciones al debido proceso.
Gómez Lara sigue detenido, mientras que Noé Navarrete González, propietario de IPCO y presuntamente relacionado con los propietarios de Grupo Simsa, se pasea a la hora que quiere en Cuatro Caminos, degustando una deliciosa nieve de Cimaco o Chepo.
Los abogados del «huésped distinguido» en el penal de Torreón aseguran que es un tema personal contra Gómez Lara, al haber sido manipulado el expediente por parte del Ministerio Público adscrito al caso. Argumentando un supuesto intento de soborno hacia los elementos que acudieron a su detención, fue motivo suficiente para aplicarle prisión preventiva sin derecho a libertad bajo fianza.
Resulta importante recalcar que este documento ya fue dictaminado como falso por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Sin embargo, Gómez Lara sigue preso, a pesar de existir evidencias que comprobaron que se violentaron sus garantías individuales.
Fuentes fidedignas me confirman que al gobernador Jiménez para nada le resulta cómodo este «affaire» lagunero.
Y como dicen en Tlahualilo, «aclarando amanece», de ahí la urgencia para que los señores que imparten la justicia muestren una total transparencia en este tema. En momentos en los que la mayoría de los mexicanos apoyan de manera aplastante la reforma judicial presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y respaldada por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo.
¿O será que en el Tribunal Superior de Justicia de Coahuila de Zaragoza, su presidente Miguel Felipe Mery Ayup aplica la máxima adjudicada a Benito Juárez García? «Para los amigos justicia y gracia, para los no amigos, la justicia a secas».
¡Qué bárbaros, ven la tempestad y no se hincan!