Miguel Ángel terminó su famosa escultura “David” en 1504. Durante la inauguración, el mecenas Pier Soderini criticó la nariz de la estatua, sugiriendo que debía ser más pequeña. A pesar de su orgullo, Miguel Ángel ideó una solución ingeniosa: fingió esculpir la nariz mientras dejaba caer polvo y fragmentos de mármol que había recogido a escondidas del piso.
Los presentes, incluyendo Soderini, creyeron que había realizado los cambios y elogiaron la perfección resultante. Este episodio demuestra el genio y la sutileza de Miguel Ángel, reafirmando a “David” como una obra maestra y un símbolo de Florencia.
¡A pasar excelente semana!