“La moda muere joven”
Jean Cocteau
La vida son ciclos, vueltas, giros que van y vienen constantemente.
Nada es eterno, la vida es un movimiento constante, continuo, permanente y lo que hoy parece un dogma, mañana puede pulverizarse y convertirse en nada.
Así, la moda que nos invadió hace algunos años de elegir a políticos populares sin detenernos a analizar sus propuestas, fondo, contenido y antecedentes, parece irse modificando poco a poco para dar un giro, no de 180 grados, pero sí de 90 o tal vez más, en donde los votantes van tomando conciencia e inclinarse más por conocer más a fondo a cada aspirante.
Aún pesan la mercadotecnia, el show, los slogans, el photoshop, la imagen, pero no con la fuerza de hace poco tiempo; hoy es necesario respaldar con una carrera sólida y principalmente con resultados. La gente ha dejado de creer en las promesas huecas y por fin, por fin, comienza a fijarse más en los “cómos” es que pueden ser posibles las propuestas.
La moda es irreversible y poco a poco se irá imponiendo de manera definitiva, puede tardar un tiempo, pero al final se encontrará el equilibrio perfecto entre el oropel del envase y el contenido del frasco, lo que nos hará madurar como sociedades y tener mejores gobernantes.
El proceso ha sido largo y doloroso, pero necesario en el mecanismo de catarsis que debíamos vivir tras el desencanto de años y años de políticos que se esmeraron en prometer y no cumplir, en anteponer sus intereses personales a los de los pueblos, en hacer trizas la credibilidad y la confianza que ellos se había depositado.
Vivimos nuevos tiempos y eso es digno de celebrarse.