Solo para desmentir la idea de que los libros son caros. Obviamente, no son caros. He aquí algunos datos: ver a Nelson Velásquez, un musico insignificante, cuesta 2,700 pesos. Ver a Edwin Luna, cuya aportación al mundo del arte es inexistente, cuesta 2,380 pesos. Y un ejemplar de “Ficciones”, de Borges, cuesta 229 pesos. Los libros no son caros.