Nadie duda de que la vida privada seguirá siendo privada, hasta que las personas deciden hacerla pública. En ese momento, los parámetros sociales y morales tienden a ajustarse, especialmente cuando los involucrados se encargan de hacerlo.
Por ello, en esta “gran vecindad” llamada Nuevo León, nos fijamos en la llegada de los alcaldes electos, particularmente en dos de ellos, quienes buscan atraer la atención política, no necesariamente por sus proyectos municipales, sino porque ambos se van a casar. Esto es totalmente válido y plausible, y ellos buscan que todos nos enteremos.
Ambos son herederos de grupos políticos relevantes en el PRI y el PAN, y por ende, buscarán de forma legítima empezar a brillar con luz propia. Aplican un principio relevante del marketing político: “Aprovecha las oportunidades sin parecer oportunista”.
Hablamos del diputado con licencia y alcalde electo de Allende, Eduardo Leal, quien contraerá nupcias en las paradisíacas playas del Caribe Mexicano. El panista ha invitado a todos los diputados del Congreso de Nuevo León hasta Cancún para que lo acompañen en la ceremonia religiosa y la respectiva fiesta posterior, en la cual, cobijados por la “protección del Gran Kukulcán”, darán rienda suelta al consumo etílico provisto por el Gran Acán. Muchos legisladores ya están en el Caribe Mexicano disfrutando de un fin de semana largo, previo al ansiado evento, ya que en Nuevo León casi no hay problemas que atender, a excepción del reciente castigo al gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda por violar nuevamente la ley electoral.
A esta boda fueron invitados diputados y diputadas de todos los partidos políticos, excepto los de Movimiento Ciudadano, por razones obvias. El balché circulará generosamente entre las mesas de los invitados del alcalde electo, al igual que hace cientos de años pasaba en las mesas de los mayas, aunque ahora se llame tequila, cerveza y whisky.
Mientras tanto, en Apodaca, el municipio metropolitano de Monterrey, que se caracteriza por su amplia infraestructura industrial, otro alcalde electo del PRI también contraerá nupcias en los próximos días. En contraste, César Garza Arredondo, antes de rendir protesta, cumplirá su primera promesa de campaña: ¡casarse con su novia Vianey Zambrano en una ceremonia de matrimonios colectivos en la Plaza Principal de Apodaca, Nuevo León!
Dos alcaldes electos de dos partidos políticos históricamente adversarios, pero que hasta el momento siguen siendo aliados. Dos formas de empezar a generarse una percepción política y social que, sin duda, será la premisa principal en sus respectivos gobiernos municipales.
Esperemos que nos llamen la atención y sorprendan gratamente cuando gobiernen. Garza Arredondo ha convocado a más de dos mil invitados a la ceremonia civil masiva que será el próximo martes 6 de agosto, mientras que la ceremonia religiosa se celebrará unos días después en un entorno familiar.
Una boda en un sitio paradisíaco, con invitados de tipo “members only”, es decir, del “club de Toby”; otra en una plaza principal con la “raza”, como decimos en el noreste de México. Un alcalde de Nuevo León elige Quintana Roo, y el otro Apodaca… Hay niveles y estilos, sin duda.