Hoy podríamos, como Maquiavelo en El Príncipe, que vivimos tiempos extraordinarios que se han visto y se ven todos los días. Porque en unos cuantos días hemos atestiguado cambios profundos y trascendentales, para la humanidad y por supuesto para nosotros los mexicanos. El mundo cambia ante nuestro azoro y entusiasmo. ¡E pour si muove! Esta oscuridad es sólo segundos de pesadilla: Venezuela hoy enseña que los populistas caen más fácil de lo que ellos creen.