Las pintorescas, por no decirles trágicas declaraciones en el bodrio mañanero no dejan de sorprender. Ayer, el Emperador de Macuspana “cantinfleando” como acostumbra, pero con mesura obligada, tocó el tema respecto al sopapo que le atizó Ken Salazar -su ex amigo-entre quijada, oreja y madre dándole contras al tan de moda tema de las reformas constitucionales al Poder Judicial, advirtiendo que los inversionistas americanos guardan con recelo su opinión por sentirse en riesgo porque al tener maniatado a jueces, magistrados, fiscales y conexos, no existiría organismo suficientemente poderoso, capaz y autónomo, pero sobre todo imparcial, que les otorgue un miserable amparo, de ocuparlo
A su estilo “cocodrilesco” recriminó al embajador su audacia, pero la endulzó ante pregunta de los corifeos de la prensa, que esa, es la democracia y la libre expresión y que por ese motivo NO lo expulsaba del país.
A eso presidente, debo hacerle comentario al margen como dijera el señor Franz Kafka, la democracia es la libertad de hacer y decir lo que sea, mientras no afecte los intereses de los demás, dicho en su dialecto, el respeto al derecho ajeno es la conservación de los dientes, según el pastor de Guelatao.
Nada nos sorprende. López siempre ha sido un sátrapa, mentecato y tartufo, pero el pueblo bueno sabio quiso creer que era producto de la bondad y tropiezos propios de su reciente llegada, pero no, el cocodrilo es perverso y una jugada incidental en la captura y entrega de Ismael Zambada hizo que se derrumbara el castillo de arena que había construido con su cómplice Rubén Rocha gobernador de Sinaloa donde ha vivido siempre el Mayo y la familia de Joaquín Guzmán Loera y sólo falta que le quiten la cascarita a la herida para que salte la putrefacción con Alfonso Durazo vecino de Sonora y Cuitláhuac García del hermoso Veracruz, ahora que le entregó el botín a Rocío Nahle tan deshonesta como el tabasqueño.
El país se derrumba denuncia Pablo Hiriart y no hacemos nada, porque no es aceptable que nadie hagamos nada por intentar detener lo excesos que quedaron al descubierto en Sinaloa, dejando al presidente López como un auténtico capitán de los bandidos que reza todas las noches para que el Mayo Zambada deje de hablar, porque si no le hacen nada, al menos en una manifestación masoquista sentiremos placer por tanto daño que nos ha infringido ese canalla que ya tiene su obra consumada, la reforma a punto de votarse y con colita de caballo como amanuense cómplice de la histórica tragedia.
Lo declarado por el sombrerudo Ken Salazar tiene mucha tela dónde cortar y para este reportero, es la punta del iceberg del monumental disgusto que sienten los vecinos del norte, por más que quiera nuestro gobierno edulcorarlo hablando de respeto a la soberanía, recordemos que cuando Estados Unidos se enferma de gripita pasajera, nosotros amanecemos con pulmonía.
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