El corredor morenista del sur de Tamaulipas –Tampico, Madero y Altamira–, tiene la responsabilidad, de trazar proyectos –por el bien de todos– que mandata la circunstancia geopolítica que les concierne: la conurbación. Su natural integración, económica y social, les hace enfrentar similares desafíos, que podrían diluirse o complicarse si se enfrentan desde esfuerzos individuales.
Es decir: las tareas que tiene enfrente, –o al menos las más complicadas–, requieren una concentración colectiva de esfuerzos de las autoridades tampiqueñas y maderenses.
¿Cuáles son los apremiantes problemas que sufren los ciudadanos del sur tamaulipeco?
1.- Abastecimiento de agua potable y el mantenimiento eficaz de las redes de drenaje. Es un eufemismo la COMAPA conurbada; su tarea se ha circunscrito a Tampico y Madero, toda vez que Altamira tomó en sus manos el servicio de agua potable, separándose del organismo plurimunicipal.
Por razones diversas, la empresa ha enfocado con mayor énfasis sus tareas a la ciudad más potente: Tampico. Es decir: Madero, es una ciudad de segunda en inversiones y atenciones para el ente regional; una fuga en Tampico es resuelta de inmediato en tanto un desperfecto en Madero, puede durar meses en atenderse.
Por su ubicación, Madero es flagelada a la menor lluvia por inundaciones que generan averías en los bienes de los maderenses: coches, muebles y enseres. Muy seguramente, porque los canales que operan como drenaje pluvial al aire libre, no reciben mantenimiento y menos limpieza.
2.- Mantener a distancia las saladas aguas de mar que, desde siempre, han amenazado el vital líquido para consumo humano de las lagunas de Madero y Tampico. Aún y cuando se tiene conocimiento de ese fenómeno, con frecuencia se desbordan las aguas del Golfo y se mezclan con las del sistema lacustre impactando en la calidad del agua que beben los maderenses.
Los diques que se utilizan para evitar ese fenómeno son frágiles e ineficaces para dar seguridad a los recursos hídricos de las lagunas de Madero, que en mucho nutren las redes de agua potable en la urbe petrolera. Con regularidad, las cortinas que resguardan de la sal las aguas maderenses, o son rebasadas o se rompen.
Por décadas, los maderenses han sufrido esa eventualidad.
¿Cuánto cuesta la construcción de barreras de protección de hormigón armado?
(Nada más un angelito que estuvo de Gerente, se robó mil millones de pesos).
¿Qué se hace con el millonario presupuesto para la operación de tan vital empresa?
3.- Si no se pueden eliminar, las fuentes de contaminación, al menos, se debería intentar achicarlas. Algunas poderosas empresas, laboran con efectos de daño ambiental intolerables. Este fenómeno, es más marcado en Altamira. Tubos de gran tamaño, envían al mar o a las lagunas, miles de metros cúbicos de inmundicia que lesiona los mantos acuíferos. De este virtual ecocidio, existen muchas pruebas y denuncias de personalidades que participan en movimientos ecologistas.
La intensa sequía que vivió el sur tamaulipeco hizo aflorar muchas deficiencias de la COMAPA conurbada.
Valdría la pena preguntarse:
¿Es saludable que, desde Tampico, se dicten las políticas del uso y distribución del agua potable de los maderenses?
¿Es equitativo el uso de recursos de la COMAPA conurbada para Tampico y Madero?
¿Sería prudente replantear la estrategia de conurbación de esa institución, tomada por burócratas insensibles y gandallas?
