Nuevo León, donde la política parece una mezcla entre «La silla de las locas» y una partida de Monopoly con las reglas mal escritas. Esta vez, el Tribunal Estatal Electoral nos ha regalado un nuevo capítulo de su ya célebre tragicomedia. ¡Qué emoción! La famosa Mesa Directiva del Congreso local fue “tumbada”, porque parece que en esta Entidad nadie sabe seguir un reglamento sin hacerle trampa.
Resulta que el PRI, con esa elegancia digna de un malabarista de circo, decidió que no había problema en reclutar un par de diputados del PRD para hacerse pasar como la “primera minoría”. Porque claro, cuando uno tiene ganas de agarrar poder, ¿qué son unas pequeñas alianzas sospechosas? Total, la política es el arte de disfrazar las trampas como estrategias brillantes.
Pero, ¡oh sorpresa! Los diputados de Movimiento Ciudadano se pusieron listos y corrieron al Tribunal Estatal Electoral a quejarse. “¡Esto no es justo!”, clamaban los emecistas, seguramente con la mano en el corazón, como si la justicia en la política no fuera una broma pesada. Argumentaron que la Mesa Directiva les correspondía porque ellos, y solo ellos, eran la primera minoría, ¡por la voluntad popular! Ah, la voluntad popular… ese concepto tan abstracto que en Nuevo León parece ser un chiste que nadie entiende, pero todos repiten.
Así que el Tribunal decidió hacer lo que mejor sabe hacer: tumbar cosas. ¿Qué más da? Que se caiga la Mesa Directiva, total, si ya de por sí el Congreso parece una feria de sillas musicales donde lo que menos importa es trabajar. Y así fue, con el voto en contra del magistrado Jesús Eduardo Bautista Peña, que probablemente dijo “esto no es un tema electoral, ¡es puro circo!”. Pero bueno, parece que aquí todos tienen un manual diferente para interpretar la ley.
Los magistrados Claudia Patricia de la Garza y Fernando Galindo, en cambio, decidieron que el PRI no se iba a salir con la suya esta vez. ¡No, señor! Los trapos sucios se lavan, pero solo cuando conviene. Así que el PRI, con toda su maquinaria siempre lista para tomar cualquier cargo disponible, ahora tendrá que regresar a la fila de los “espero mi turno”. Y claro, los diputados de MC deben estar descorchando champaña barata para celebrar su momentánea victoria.
Mientras tanto, Lorena de la Garza, la presidenta de la ahora caída Mesa Directiva, tiene sus dudas: “El Tribunal no tiene facultades para decidir esto”, declaró. Básicamente, una forma elegante de decir: “Estos ni siquiera deberían estar metiéndose”. Porque en esta historia, lo único que queda claro es que cuando las cosas no salen como se quiere, lo mejor es echarle la culpa a otro. Eso sí, sin que se note mucho.
Y así seguimos en Nuevo León, con una política digna de un buen melodrama. ¿Quién ganará en el próximo round? ¿Se volverá a caer la Mesa Directiva? Lo único seguro es que, entre triquiñuelas y reclamos, los que deberían estar trabajando están más ocupados peleándose por una silla. ¡Viva la democracia!
