Suena el teléfono y veo que es mi hermana, quien sin decir ni “hola” me lanza la pregunta:
-“Oye Susana, necesito saber si e la familia hay algún secreto que yo no sepa.”
-“Pues realmente no, -respondí-y si acaso lo hubiera, yo tampoco lo sé. En realidad, nuestra familia siempre ha sido una “familia muy normal” como los Locos Addams…digo, bastante ordinarios, tirándole a aburrida. ¿A qué viene tu duda?”
Entonces mi hermana hizo una pausa y agregó: – “No sé si debería ir mañana a hablar con la maestra y la directora de la escuela de mi hija. Resulta que hoy, cuando la niña llegó a la casa y estábamos tranquilamente comiendo una sopita de fideos y un picadillo (que por cierto me quedó muy bueno), platicando de cómo le había ido en la escuela, así nomás de la nada, la niña me dice que su maestra, ¡Escucha esto! ¡Le encargó que me pidiera toda la información que yo pudiera darle sobre el stripper de nuestra familia! ¡¿Quién de nuestra familia fue o es stripper?!”
–“¡Ah caray hermana! ¡Eso sí que es novedad para mí! No tenía idea de que alguien de la familia se hubiera dedicado a la vida nocturna. No me imagino a abuelita, que era una chaparrita cuerpo-de-uva en esas cosas, tampoco a mamá…mucho menos a papá con esa pancita cervecera que tenía, menos aún cualquiera de nuestros hermanos, primos o sobrinos; pero bueno, uno nunca sabe quien pueda llevar una doble vida en secreto. Sucede en las mejores familias. Pero, pues quizás sea bueno que platiques con la maestra a ver si averiguas de donde sacó esa idea, qué chismes le han llegado y por qué quiere información al respecto. A ver si sale el peine. ¡Y luego me cuentas todo con detalles!”
Mientras tanto mi sobrina seguía insistiendo en que necesitaba llevar la información sobre el stripper de nuestra familia era una tarea que valía muchos puntos. (¡Ya lo creo que sí!). Y que, además, en todas las familias hay un stripper. Pero mi hermana dijo que primero iría a la escuela para entender bien de que se trataba esa extraña asignatura.
Al día siguiente, mi hermana se apersonó e la escuela y pidió hablar con la maestra de ciencias sociales que había encargado como tarea llevar la información. Mi hermana, de forma prudente pero contundente, inició la conversación diciendo: “Maestra, me dice mi hija que usted le encargó traer como tarea toda la información que yo pudiera proporcionarle sobre un presunto stripper de nuestra familia. Yo no sé de donde saca usted que en nuestra familia hay o hubo algún stripper. Hágame el favor de aclararme eso porque estoy muy confundida.”
La maestra no pudo más que soltar una larga y sonora carcajada y cuando por fin pudo recuperar el aliento de dijo a mi hermana: “¡Ay señora!, Todo es un mal entendido. Creo que la niña confundió los términos. En la clase estamos hablando sobre la familia y los ancestros. Lo que les encargué fue información sobre la ‘estirpe’ de su familia. Es decir, la estirpe (que no stripper) es el conjunto de ascendientes o linaje de una persona, la raíz y el tronco familiar, porque con esos datos vamos a trabajar en la elaboración de un árbol genealógico. La palabra ‘estirpe’ es parte del vocabulario dentro del tema.
Mi hermana se tranquilizó y le dio a su hija la información que requería: los nombres de los tatarabuelos, los bisabuelos, los abuelos, etc. Ninguno de ellos habiendo sido “stripper”. Eso sí, la hizo practicar la pronunciación de la palabra (estirpe, es-tir-pe, estirpe) para que no vuelva a confundirla, ya que como ustedes y yo sabemos, “así se hacen los chismes”.
