Casi en todos los noticiarios ayer se manejó la nota donde se nota la mano de Jesús Ramírez gurú de la información de López, el peor presidente que se tenga memoria, donde afirma que el cocodrilo en los momento apremiantes del meteoro “Otis” que destrozó Guerrero, SÍ, hizo acto de presencia en Acapulco, Coyuca y Chilpancingo, pero sucedió todo lo contrario, porque la icónica foto captada donde un Jeep del “glorioso” ejército mexicano que transportaba al virrey tabasqueño fue en otro momento, en otro lugar y en otras circunstancias.
La razón es simple. El presidente López NO se atrevió a visitar el colapsado Estado por la sencilla lógica que la inútil hija de Félix Salgado Macedonio que cobra como gobernadora, se encontraba en la Rivera Maya y el señor López para no evidenciar la irresponsabilidad de la señora que le interesa y preocupa más su maquillaje y uñas postizas que gobernar Guerrero, había declarado momento antes, que el huracán no estaba pronosticado de tal magnitud, por tal motivo, “la habían agarrado desprevenida”
Dicen los viejos, ya no le buygas, mejor déjalo como estaba, porque es peor. Triste el reconocer que la fotografía del comando atascado en el fango donde se apea el cocodrilo no correspondía a la realidad, cosa que reitera López después en su mañanera, “A qué iba, solo a estorbar” sin darse cuenta que estiraba más la cobija del desprestigio y la mentira, porque ni el presidente mucho menos la “diva” gobernadora, dieron importancia al suceso que hasta hoy tiene despedazado al bello Estado de Guerrero, bueno, además de la violencia, aunque la señora Evelyn, colita de caballo y los soldaditos de SEDENA se empeñen en repetir que las cosas NO están tan graves y que solo es materia de los medios que hacen más grande la tragedia, similar a lo que sucede en Sinaloa y nuestro querido Nuevo León
Ayer, muchos medios dieron una “refrescada” a dos notas, una, la referida enlodando más al cocodrilo, que no le preocupa mucho, como no le incomodó hace dos años de la tragedia; la otra es la herida que no cierra para muchos, el asesinato de la familia Lebarón en los límites de Chihuahua con Sonora donde masacraron a niños y mujeres sin ninguna razón porque existe contundencia en el acto de disparar a un metro a los chavitos y darles un tiro de gracia
Esta acción, marcaba una felonía extrema porque los sicarios que siempre se habían caracterizado en respetar mujeres y menores de edad, sin existir razón alguna que pudiera ser demandas civiles, penales, mercantiles o de orden territorial y diferencias en la explotación de pozos de agua para el riego de sus sembradíos para mantener productivas las nogaleras, sustento principal de las familias mormonas
Eso, sería un sustento para que el presidente López sacara la cara y elevara la voz para justificar su falta de acción, ya que sigue siendo un extraño argumento las continuas visitas a las tierras del triángulo dorado, muy cerca de Bavispe donde se sacrificaron a gente inocente con toda la saña posible y el príncipe de Macuspana se limitó a escuchar a Julián Lebarón, líder de la familia asesinada. Hoy se cumplen cinco años de la tragedia y colita de caballo no tiene ni qué decir.
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