“La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías
en hablar de los problemas que en afrontarlos”
Henry Ford
Nadie puede sentirse exento de verse involucrado, en un breve instante, en un escándalo de medios y convertirse en lo que hoy llaman “tendencia” de alcances insospechados.
Todos recordamos la noticia, mil veces repetida, de aquella chica que repetía al reportero: “No choqué, me chocaron”. Ella no eligió ser figura pública, pero las circunstancias la convirtieron en una mujer famosa.
Pero cuando decides convertirte en un ser expuesto a los reflectores, con una vida sujeta al escrutinio público a través de los medios de comunicación, lo mínimo que debes hacer es prepararte para saber cómo enfrentar una entrevista con los medios de comunicación y no cometer errores que pueden dar pie a grandes problemas.
Una frase, un comentario, una respuesta y hasta un guiño o mueca, pueden ser el detonante que convierta el momento en una bomba de alcances insospechados.
Ángela Aguilar no es ninguna recién aparecida en el ambiente musical y desde su nacimiento se ha visto obligada primero y por su propia voluntad después, forzada a coexistir con los micrófonos y las cámaras de reporteros que siempre buscarán el lado más oscuro, turbio y escandaloso de cualquier tema, porque ahí está la noticia.
¿Es que alguien puede entender cómo una inocente entrevista para una reportera de ABC News para hablar de su desarrollo profesional, su camino a los Grammys Latinos y su reciente matrimonio con Christian Nodal provocó una hecatombe?
No puedo menos que pensar que la inocencia de la niña hizo que se fuera de la boca y solita, ella solita, se metiera en problemas, porque no fue una pregunta insidiosa de la reportera, no fue un cuestionamiento “con jiribilla”, fue la propia hija de Pepe que metió en el ajo a la ex pareja de su hoy esposo sin medir las consecuencias.
Y cuando la argentina Cazzu reviró, en su increíble personaje de mujer abandonada con una hija, argumentando que ella nunca supo nada y que le habían lastimado el corazón, el mundo giró su mirada contra Angelita porque aparecía como la malvada de la historia.
Y como si lo anterior fuese poco, don Pepe Aguilar se metió al margallate para intentar defender a su cría y lejos de resolver incrementó el ruido y escándalo.
No hay manual, no hay librito que diga qué hacer o decir, sólo queda el criterio y el mantener códigos y reglas de qué se puede y qué no se debe decir en las entrevistas, hay, eso sí, mil maneras de prepararte, de entrenarte, de entender y aprender a conocer cómo es que piensan los periodistas cuando en realidad te desean hacer daño, pero insisto, este no fue el caso, la reportera de ABC fue cándida e inocente y aún teniendo a la presa atrapada, la dejó escapar sin hacerla trizas.
Hoy, más que nunca, es necesario estar listo y conocer del manejo de medios, porque la inmediatez de las redes sociales pueden acabar en unas cuantas horas con toda una carrera y una vez detrás, resulta complicado el retomar el camino, porque los caminos no se abren para dar explicaciones, mientras que para las acusaciones y señalamientos son autopistas siempre abiertas.