Hay acciones que causan daño desde que se imaginan, suceden y pasado el momento, siguen pesando en el ánimo del que recibe la ofensa. La actitud del presidente López es una de esas perversidades que provocan angustia siempre y ejemplos podría ofrecerle por racimos, pero para no apelar a la memoria archivada está el empecinamiento de nombrar a Rosario Piedra Ibarra para repetir en la desprestigiada CNDH que solo podríamos sustentar como capricho senil y ostentación “porque sigo siendo el rey”, que poco sentido tendría, puesto que existe obviedad en continuar siendo el titiritero de un triste y lamentable guiñol
Poco valor y sentido podríamos agregar ser la presidente de la Comisión de los Derechos Humanos en un país que tristemente los señalamientos, escasos por cierto, son como las llamadas a misa, el que quiere ir va, el que no, pues no, máxime que sería risible que un empleado de tercer nivel replique, regañe y castigue a su jerarca superior, cuando de la oficina indiciada emana el nombramiento y remuneración de la agraciada
No me enoja que me digas perro, sino la perra forma que me lo dices. La molestia de la reiteración en el cargo es que primero: Rosario fue nombrada en primera instancia sin más atributo que ser hija de la activista madre de un bato guerrillero que nunca encontraron sus restos y los azules cojones del presidente. El resultado es de todos conocido, la falta de perfil de la señora, el importa-madrismo en las acciones y el dispendio en sus gastos de una oficina exclusiva y fastuosa en un lujo excesivo de la que la señora no conocía por ser de cuna rayando entre humilde y miserable.
Son como los vomitivos y absurdos viajes en helicóptero privado de Pedro Haces y Ricardo Monreal que primero argumentaron: “no la hagan de tos” “es herramienta de trabajo y me van a seguir viendo haciendo más vuelos” cambiándolo después del “consejo” de colita de caballo desde la mañanera… no volverá a suceder. Pero, ¡El daño estaba hecho!
Repetir Rosario en la CNDH tiene poca importancia, salvo el ridículo que Claudia quiso “maquillar” diciendo que era nombramiento del Senado y se acabó, con un semblante más serio que el de un sepulturero que ni ella misma creyó, lo que hace entender, si eso sucede con un puesto de esa ínfima dimensión, ¿qué deberíamos interpretar con uno de gran calado? La carta a Santa Claus no al polo norte, sino a La Chingada es enviada, para ser “palomearla” por cocodrilo y, aún más triste, el acuse de recibo es con dirección del Senado o la Cámara de Diputados para que ellos la den a conocer en voz de sus esbirros, Adán Augusto López, Ricardo Monreal o el bufón de la corte, Fernández Noroña y no colita de caballo para que ella al menos dijera que es idea y orden de esta presidencia. Ni en eso pensaron, o es mucha la soberbia y arrogancia de López que repito…sigue siendo el rey
Le ensalada del plato es que ningún patán gobernador como Cuitláhuac García, Rubén Rocha, Cuauhtémoc Blanco o Samuel García -por lo pronto- sean molestados ni con el pétalo de un regaño, menos meterlos a la cárcel…y esa es voluntad del cocodrilo, aunque usted, sí lo crea. Resumen: colita de caballo, está pintada aunque les duela a muchos [email protected]